Alrededor de mil 508 millones de usuarios en todo el mundo tienen una cuenta en la red social Facebook y este jueves se descubrió que los datos de al menos 540 millones de ellos estuvieron durante una cantidad de tiempo desconocida desprotegidos y a disposición de cualquiera.
La información, alojada en servidores de Amazon AWS sin ningún tipo de protección, fue identificada por la compañía de seguridad UpGuard, que declaró haber notificado sobre esta falla en tres oportunidades diferentes. Sin embargo, no fue sino hasta el 3 de abril que se tomó una acción concreta para solucionar el problema.
Lo que más preocupa a la empresa y a las cuentas cuyos datos fueron expuestos por este fallo, es que una vez ingresa la información a Internet sus dueños pierden control sobre la misma, una máxima que estas empresas parecieran no entender.

De acuerdo con el equipo de investigación de UpGuard, en el lote de datos existía un archivo con contraseñas que, aunque se sospecha que no pertenecen a Facebook, podría comprometer cuentas cuyos usuarios repiten constantemente las claves.
Este tipo de “descuidos” se han repetido en la empresa, durante la última década, con fuerza, lo que ha llevado a Facebook a enfrentar litigios contra particulares e incluso Estados como Alemania que no perdona que compañías de este tipo incumplan los acuerdos de protección de datos.
Por otra parte, persiste en esta situación un patrón que continúa alarmando a usuarios de la red social en todo el mundo, desde que se hizo pública la estrategia utilizada por #DonaldTrump para ganar los comicios electorales de 2015 en Estados Unidos. Y es que las redes sociales no son sólo una ventana para exponer nuestros datos, sino también una poderosa arma para manipular la opinión pública.
En 2018, se pudo conocer que la empresa creada por Mark Zuckerberg recopilaba los números de teléfono de sus usuarios para el proceso de autentificación y luego ofrecía los datos a anunciantes para que pudieran dirigirse más fácilmente a esas personas. Toda una trama vergonzosa que pone a pensar a los ciudadanos sobre las implicaciones de compartir su vida y preferencias en una plataforma de tan dudosa reputación.
ARG