Es muy común escuchar a alguien decir: “¡deja ese perro en la calle, él se sabe defender solo!”. ¿Será cierta esta afirmación? Veamos: el origen del perro se remonta a hace 40 mil años, cuando los humanos se dedicaban a cazar, pescar y recolectar los alimentos que sembraban. Los estudios han revelado que los antepasados del perro son lobos provenientes de Asia y Europa, que sufrieron un largo proceso de domesticación por parte de los seres humanos.
Los lobos deambulaban en los asentamientos o aldeas que los humanos construían y aprovechaban para alimentarse con los desechos que estos dejaban. Los humanos espantaban o mataban a los lobos más agresivos pero dejaban vivir a los más tímidos, trayendo como consecuencia que sus descendientes fueran cada vez más sociables. Esta relación fue creciendo y más camadas de lobos nacían cerca de las comunidades de humanas; poco a poco, el humano descubrió que el lobo, cada vez más dócil y amigable, le servía para tareas cotidianas, como el pastoreo, la vigilancia y la caza.
De esa forma, nuestros antepasados comenzaron a amoldar la conducta de los lobos para su beneficio, surgiendo de allí lo que hoy conocemos como los perros domésticos. Luego con los constantes cruces, van apareciendo múltiples razas, muchas de ellas hechas con la dirección o supervisión humana para obtener ejemplares con características físicas definidas.
Este proceso de domesticación, adaptación y selección, que llevó miles de años, creó unos seres muy dependientes y con una alta sensibilidad para relacionarse con los humanos, siempre con la necesidad de tener nuestra compañía para poder sentirse parte de una manada. Tal es el grado de afinidad que tenemos con estos animales, que expresan sentimientos que son propios de las personas, como la tristeza, los celos, alegría, rabia, temor, etc.
El perro es nuestra responsabilidad
Si la aparición del perro tal como le conocemos en el planeta fue consecuencia de las acciones de seres humanos, es responsabilidad de éstos darles cuidado. En la actualidad es muy común ver en las calles muchos perros que han sido abandonados y sufren de constantes maltratos. Podemos hacer la diferencia y ofrecerles a muchos de ellos una segunda oportunidad. Es por eso que te dejamos algunos tips para ayudar a un animal en situación de calle:
– Organízate con los miembros de tu comunidad y ofréceles comida, agua y un refugio a ese animalito que siempre esta en la calle donde vives, en tu trabajo o centro de estudio.
– Regístrate como voluntario en Misión Nevado o cualquier organización animalista de tu preferencia para ayudar a todos esos animales que han sido rescatados de las calles.
– ¡Denuncia el maltrato animal! Según la Ley para la Protección para la Fauna Doméstica Libre y en Cautiverio, se pueden hacer denuncias como primera instancia en los Consejos Comunales, la autoridad parroquial o los jueces de paz y las Oficinas o Unidades de Gestión Municipales. Si los casos son maltratos muy crueles o incluso puedan causar la muerte del animal, se puede acudir ante las Fiscalías Municipales en las oficinas de atención a la víctima del Ministerio Público.
Nadesjka Landaeta /VTactual.com