InicioOPINIÓN Y ANÁLISISEl genocidio en América Latina: la verdadera cara de la Casa Blanca

El genocidio en América Latina: la verdadera cara de la Casa Blanca

Hace 51 años, en 1965, emergió del mar el cadáver de Alberto Lovera. Su cuerpo fue hallado por un pescador en una playa de Lecherías, estado Anzoátegui. A su cuello tenía atada una pesada cadena y un pico, para que a modo de ancla, permaneciera sepultado en el olvido bajo el fondo del océano.

Pero la verdad salió a flote. Lovera fue profesor universitario y un líder político que se había enfrentado a la dictadura militar de Marcos Pérez Jiménez. Una tarde de octubre de ese año fue detenido cerca de la Plaza Las Tres Gracias cuando salía de la Universidad Central de Venezuela, desde allí fue “peloteado” por los diferentes centros clandestinos de tortura que habían instaurado en todo el país. Pero no fue ese dictador el que acabó con su vida, sino el segundo presidente de la nueva “democracia”: Raúl Leoni. El crimen de Lovera: ser comunista en una democracia de lobos disfrazados de ovejas. La Digepol (Dirección de los Servicios de Inteligencia) persiguió, torturo y despareció a miles de estudiantes, obreros y activistas bajo la fachada de la mal llamada “democracia vitrina” de Venezuela.

Con prácticas asesinas como esta iniciaban su debut en América Latina, los gobiernos adeptos a EEUU. Los cuerpos represivos de todo el continente enviaban a sus oficiales a escuelitas, creadas por el gigante del norte, a aprender el oficio de matar comunistas.

Allí adquirían el más sofisticado conocimiento sobre cómo perseguir, capturar, atormentar, torturar, asesinar y desaparecer a todo aquel que osara tratar de subvertir el Nuevo Orden en que América Latina y el Caribe fungían como patio trasero.

Solo en Guatemala se asesinaron 200.000 personas en manos de los militares que habían derrocado al presidente Jacobo Árbenz, quien había implementado reformas que perjudicaban los intereses de la multinacional norteamericana United Fruit Company.

La dictadura en Guatemala encabeza la lista de los países con más asesinatos políticos
La dictadura en Guatemala encabeza la lista de los países con más asesinatos políticos

En 1957, Haití conoció la dictadura de François Duvalier, conocido como “Papa Doc”, quien bajo la protección de los EEUU, acabó con la vida de más de 100.000 personas.

Durante la dictadura de Videla en Argentina, bajo las directrices del secretario de Estado de los Estados Unidos, Henry Kissinger, padre y creador del Plan Cóndor, más de 30.000 personas fueron desaparecidas, miles más fueron asesinadas y torturadas, y sus hijos fueron secuestrados y entregados a familias y amigos de los militares.

Lo mismo ocurrió en Chile luego del bombardeo al palacio presidencial y el asesinato encubierto como suicidio de Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973. Una nueva dictadura encabezada por Augusto Pinochet instaura la “Caravana de la muerte”, que acabó con la vida de 40.000 personas, 500.000 privadas de libertad y sometidas a tortura y más de 100.000 expulsadas u obligadas al exilio.

Durante décadas los chilenos marcharon para exigir justicia y clamar por los desaparecidos
Durante décadas los chilenos marcharon para exigir justicia y clamar por los desaparecidos

Estas prácticas brutales tuvieron réplicas similares en el siglo pasado: en la Cuba de Fulgencio Batista; en El Salvador contra las fuerzas insurgentes del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional; en Panamá con la dictadura de Manuel Antonio Noriega y la invasión directa de tropas norteamericanas conocida como Operación Causa Justa, cuando la oveja trató de salirse del rebaño imperial; en Perú con Alberto Fujimori quien llegó al poder gracias a la ayuda de EEUU y del Fondo Monetario Internacional.

No hubo país en el continente que no aportara a estas sanguinarias cifras. Hoy en algunos países como Argentina las Madres y Abuelas de Mayo siguen buscando a los hijos y nietos que les fueron arrebatados y con algunos se han abrazado por primera vez.

Uno de los casos más impactantes es el del poeta Juan Gelman quien escribió una carta a su nieto (desconocía su sexo) en el semanario Brecha el 23 de diciembre de 1998, del que traemos un fragmento:

“Dentro de seis meses cumplirás 19 años. Habrás nacido algún día de octubre de 1976 en un campo de concentración. Poco antes o poco después de tu nacimiento, el mismo mes y año, asesinaron a tu padre de un tiro en la nuca disparado a menos de medio metro de distancia. El estaba inerme y lo asesinó un comando militar, tal vez el mismo que lo secuestró con tu madre el 24 de agosto en Buenos Aires y los llevó al campo de concentración Automotores Orletti que funcionaba en pleno Floresta y los militares habían bautizado “el Jardín”. Tu padre se llamaba Marcelo. Tu madre, Claudia. Los dos tenían 20 años y vos, siete meses en el vientre materno cuando eso ocurrió. A ella la trasladaron -y a vos con ella- cuando estuvo a punto de parir. Debe haber dado a luz solita, bajo la mirada de algún médico cómplice de la dictadura militar. Te sacaron entonces de su lado y fuiste a parar -así era casi siempre- a manos de una pareja estéril de marido militar o policía, o juez, o periodista amigo de policía o militar. Había entonces una lista de espera siniestra para cada campo de concentración: Los anotados esperaban quedarse con el hijo robado a las prisioneras que parían y, con alguna excepción, eran asesinadas inmediatamente después. Han pasado 12 años desde que los militares dejaron el gobierno y nada se sabe de tu madre. En cambio, en un tambor de grasa de 200 litros que los militares rellenaron con cemento y arena y arrojaron al Río San Fernando, se encontraron los restos de tu padre 13 años después. Está enterrado en La Tablada. Al menos hay con él esa certeza”.
Finalmente, después de una búsqueda incansable que duró 24 años, el 31 de marzo de 2000, conoció la noticia de que su nieta había aparecido y lograron juntarse.

 

El hijo y la yerna del poeta argentino Juan Gelman, ella estaba embarazada al momento de ser detenidos
El hijo y la yerna del poeta argentino Juan Gelman, ella estaba embarazada al momento de ser detenidos

América Latina suma una historia de 500 años y millones de desaparecidos, hoy resulta insólito que en algunos países esto siga ocurriendo con la impunidad y la cooperación de algunos gobiernos y que los Derechos Humanos sean en algunos casos paradójicos, instrumentos de ataque para pueblos que buscan liberarse.

CD

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