El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, reiteró que las protestas violentas en su contra son financiadas desde el exterior y señaló a Estados Unidos (EE. UU) como responsable de la insurrección.
“Las protestas no son espontáneas. Aquí ha habido una preparación, un financiamiento para esa preparación y para trasladar la experiencia de las guarimbas en Venezuela”, aseguró.
Ortega recordó que los representantes de EE.UU y los grupos económicos presionaban para que el pueblo no votara por el Frente porque se produciría nuevamente la enemistad con ellos.
«El veneno lo pone el intervencionismo estadounidense. Ahí está la raíz del problema. Si respetara al país, lo que decidimos los nicaragüenses -independientemente de la ideología- estarían trabajando con nosotros», afirmó.

Explicó que mientras la cúpula empresarial de Nicaragua no desea sentarse a dialogar, el empresario pequeño y mediano asiste sin rencor a las reuniones con el gobierno.
También destacó que la violencia ha sido amparada por parte de la Iglesia católica, especialmente por la Conferencia Episcopal. “Algunos sacerdotes prestaron sus templos para que se convirtieran en cuarteles, incluso torturaron gente que capturaban», afirmó.
Críticas desde la izquierda
No es un dato menor que diversos sectores de las izquierdas han señalado a Ortega acusándolo de exceso contra los manifestantes.
Exsandinistas, políticos y otros referentes progresistas aseguran que Ortega dejó el camino revolucionario y se convirtió en lo que criticaba. Él se defiende respondiendo que «se hacen eco de lo que andan diciendo porque es muy difícil entender, desde afuera, sin conocer lo que pasa en Nicaragua”.

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