Un gran jurado federal de Estados Unidos (EEUU) ordenó la imputación de 12 oficiales de inteligencia rusos acusados de «hackear» la pasada campaña presidencial de Hillary Clinton en el año 2016.
La acusación fue elaborada por el fiscal especial de la llamada “trama rusa”, Robert Mueller, y anunciada por el fiscal general adjunto, Rod Rosenstein, quien señaló que los agentes fueron acusados de «conspirar para interferir en las elecciones presidenciales», incluyendo el pirateo de los correos internos del partido Demócrata. Además, por «conspirar para invadir computadoras, robar documentos y distribuir documentos con la intención de interferir».
“Se trató de una ciberoperación de gran escala para robar información interna del partido”, dijo el funcionario y subrayó que la denuncia descarta el cambio de resultado de la elección.
En la denuncia no hay información sobre la participación de algún ciudadano estadounidense.

No es un dato menor que el anuncio se hizo a escasos días de la reunión que el presidente de EEUU, Donald Trump, mantendrá con su homólgo ruso, Vladimir Putin, el próximo lunes en Helsinki, Finlandia.
Mientras, un grupo de 15 demócratas de la Cámara de Representantes hicieron pública una carta urgente al mandamás de la Casa Branca pidiéndole que cancele la reunión con Putin.
Los legisladores alegan que el presidente ruso “ofrecerá las ya familiares mentiras y promesas vacías», mientras insisten en mantener abierta una investigación que tras más de un año de pesquisas no ha arrojado prueba alguna de las acusaciones contra Rusia, e incluso ha generado burlas alrededor del mundo.

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