Brasil sigue siendo el territorio más peligroso del mundo para los activistas por el medio ambiente. Luego de que en 2018 Colombia le arrebatara de manera breve ese indigno sitial, en lo que va de 2019 los crímenes contra ambientalistas y protectores de la selva amazónica, han recrudecido. Según la ONG Human Rigths Watch (HRW), en la última década se han registrado 300 casos de asesinatos de ecologistas en Brasil, de los que sólo 14 han sido llevados a los tribunales.
Esta tragedia existe desde hace muchos años, incluso antes de la llegada a la presidencia de Jair Bolsonaro, pero en esta etapa se han recrudecido gracias al discurso incendiario contra los activistas ecologistas que vienen desde el propio presidente. Denuncia el informe de HRW que existen grupos que operan con total impunidad en la explotación de extensos territorios madereros, y que además cuentan con el apoyo logístico de maquinarias sofisticadas para tal fin. La presencia de estos grupos en las zonas boscosas, está vinculada con la matanza de ambientalistas.
La tala ilegal, promovida por el gobierno actual de Brasil, es el primer paso que dan estos grupos para la deforestación de la selva Amazónica, lugar donde se registraron incendios históricos que devastaron más de 500 mil hectáreas en menos de 20 días. En esa zona tupida no hay investigación policial que se preocupe de los asesinatos de líderes ambientalistas, cuya víctima más reciente fue Maxciel Pereira dos Santos, asesinado en presencia de su familia con dos tiros en la cabeza mientras se desplazaba en una motocicleta.
Las mentiras de Bolsonaro
El informe de HRW le da la razón al presidente de Francia, Emmanuel Macron, que tras los incendios de la Amazonía llamó mentiroso a su homólogo brasileño que habría amañado cifras y prometido acciones contundentes para acabar con la deforestación ilegal. En el documento se comprueba que la deforestación se viene agudizando desde 2012 y que se ha agravado luego del discurso de Bolsonaro que avala esta práctica y a las mafias que operan en torno a ella.
La ONG sostiene que el discurso de Bolsonaro “pone a los defensores de la Amazonia y a la propia Amazonia en grave peligro y además de socavar la capacidad de Brasil de cumplir con su compromiso de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y contribuir a mitigar el calentamiento global”.
RB