Tal como estaba previsto, este martes 6 de diciembre debía llevarse a cabo un nuevo encuentro entre las partes involucradas en el diálogo nacional para salir de la actual coyuntura por la que atraviesa la nación venezolana. El encuentro se llevó a cabo por separado: la oposición decidió no sentarse en la mesa.
¿La razón? Alegan, en la voz de Jesús Torrealba, secretario de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) que el gobierno venezolano no ha cumplido con lo que una fracción de la oposición demanda: liberar a los políticos privados de libertad, los mismos que en su mayoría están incursos en las acciones violentas y terroristas que cegaron la vida de 43 venezolanos, entre ellos, motorizados degollados en el Municipio Sucre del estado Miranda, donde es alcalde, Carlos Ocariz, uno de los personajes más cuestionados por la oposición por asistir desde un principio a las mesas de diálogo, y que por presiones tampoco acudió el día de hoy tal como estaba previsto.
En este sentido, los acompañantes internacionales, entre ellos, el enviado del Vaticano, Monseñor Claudio Celli y el secretario general de la Unasur, Ernesto Samper debieron sostener un encuentro por separado con ambas partes.
El monseñor Celli solicitó a los poderes públicos no aprobar ninguna medida «que dificulte la relaciones entre ellos hasta el 13 de enero de 2017», plazo que será usado para trabajar de manera inmediata en las tres mesas técnicas de diálogo.
Por su parte, Samper aseguró que «como acompañantes no vamos a sustituir a los venezolanos en la tarea de encontrar salidas económicas, políticas y sociales a los problemas del país».
Como punto destacable, el secretario general de la Unasur, informó que en los próximos días el país conocerá un importante acuerdo que se logró este martes en relación al abastecimiento de alimentos y medicinas.
MA