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#Análisis El periodismo que viene

La red social Facebook ya cuenta con 2.600 millones de usuarios activos en los últimos tres meses (37% de la población mundial), lo que representa un incremento del 10% con respecto al mismo período del año anterior.

Eso equivale a un aumento del 102% de sus ganancias netas, pasando de los USD 2.429 millones en 2019 a los USD 4.902 millones en 2020, según el más reciente balance financiero de la multiplataforma del joven emprendedor Mark Zuckerberg, quien además posee otras herramientas para notificar sus cositas, como Instagram, Messenger y WhatsApp.

¿Cómo se te quedó el cuerpo?

Es decir, una sola entidad (y su universo de intereses) acopia y mediatiza la comunicación de casi la mitad de la población del planeta, mientras uno se desvela intentando que el boletín de prensa que nos mandó a redactar el jefe cumpla tajantemente con la tríada sagrada del lead, cuerpo y cola.

¿Quién se acuerda, a estar alturas, de asuntos tan analógicos como la primicia, la información veraz y la inmediatez del día siguiente?

Si uno pregunta hoy qué nos deparará el mañana, resulta un poco ridículo pensar en atmósferas distópicas como las que describe la novela 1984 de Orwell, la retransmisión radiofónica La Guerra de los Mundos de Welles, o la película El Show de Truman de Peter Weir.

El futuro es ya, y lleva pandemia, cuarentena global, dominación y neocolonialismo, hambre y pobreza, resistencia y lucha de clases, Netflix y TikTok.

Lleva Kale Anders, el maldito sueco que se aprovecha de que estamos retenidos en casa, hurgando Youtube, para vendernos un curso de inglés vía online que nos permitirá dominar el idioma del imperio en tres meses. Qué casualidad, el tiempo que llevamos en cuarentena.

Kale Anders, un suplicio pandémico y comunicacional

Los cambios que se han producido en la comunicación durante lo que va del siglo XXI han resultado deslumbrantes y vertiginosos. Para algunos favorables, para otros desalentadores.

Ayer como hoy, se mantiene la ecuación que incluye a los despóticos y a los subyugados, con la diferencia de que hoy todos son quizás más visibles, y están más permeados por el vocerío impuesto desde las redes sociales en las cuales hablan, a la vez, los optimistas, los conjurados, los conspiranoicos, los epistémicos, los banales, el pluralista, las dictaduras, los demócratas y en general, el fraccionamiento y la hibridación de la sociedad con sus ácratas y sus prejuiciados.

En el Día del Periodista, desde VTactual optamos por consultarle a algunos comunicadores y comunicadoras, su visión del periodismo que nos alcanzará a partir de la nueva normalidad, según los indicios que ya se anunciaban con la antigua anormalidad, y estas son algunas de sus respuestas.

Cristina González nos llama a “dessumizarnos”

La periodista y docente, Premio Único Simón Bolívar del Premio Nacional de Periodismo 2020, advierte: “Yo creo que en este momento tenemos que buscar algunas palabras que nos orienten, porque la contrainformación, la desinformación y la saturación de información no nos permiten pensar con claridad. Siento que hay que serenarse, redefinirse, pero antes de hacerlo con las instituciones que están vueltas leña en todas partes del mundo, hay que desconectar por un rato el cerebro límbico y conectarnos con el hemisferio izquierdo, pero también con el derecho, porque en la intuición vamos a tener que buscar qué es lo que creemos que creemos, y hacer un ejercicio al más puro estilo de Vicente Romano en su libro La formación de la mentalidad sumisa, para ‘dessumizarnos’, aunque suene raro”.

Inquieta, aguda y siempre militante de la profesión, pero con mirada crítica, la galardonada catedrática de la comunicación venezolana considera que “tenemos que mirar lo que está prevaleciendo en este momento. Cuando tenemos institutos como el MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts) y el Tavistock creando una cosa que se llama reingeniería social, que no es sino ver cómo manipulan el pensamiento y las necesidades, te podrás imaginar lo que tenemos que enfrentar. Pero, por otro lado, está el Silicon Valley, planteándose el transhumanismo, que no es otra cosa que desafiar al dios en el que cada quien cree, para crear la inmortalidad”.

Transhumanismo y reingeniería social para el ethos que se viene

Considera que debemos preguntarnos, en la profesión, si queremos seguir buscando la verdad, si queremos seguir estudiando periodismo o aprendiendo o ejerciendo, «y después empezar a ver en qué área desarrollarme en todas estas tecnologías, buscando estructurar una propuesta para nuestra universidad, de una facultad de ciencias de la comunicación en donde se impartan todas estas disciplinas que no podemos obviar, ya que en la estructura mediática y la ‘corporatocracia’ de los medios de comunicación, hay un profundo interés por imponer estas nuevas teorías”.

Clodovaldo Hernández y el antiguo ritual de comprar el periódico

Cronista y poeta, el también Premio Nacional de Periodismo 2018, Clodovaldo Hernández, se pasea por un delicioso memorial de las liturgias de la prensa, para diferenciar el antes del ahora, y del periodismo que vendrá.

El ritual de comprar el diario y sentarse a leerlo en algún momento del día prácticamente ha desaparecido. Se estima que al menos dos generaciones ni siquiera tuvieron esa costumbre alguna vez: los llamados millenials (que actualmente tienen entre 23 y 38 años), y los posmillenials, que están entre la adolescencia y los 22. Una tercera generación, la llamada X, nacidos entre principios de los 60 y finales de los 70, sí vivió la época de los diarios de papel, pero se ha visto obligada a adaptarse a las nuevas tecnologías. Algunos lo han logrado muy eficazmente, otros a medias y otros no lo han logrado.”

Cuenta la leyenda que la gente salía a la calle a comprar el periódico

Continúa: “A lo largo del siglo XX, los medios de comunicación tenían el monopolio de la información. Los hechos eran tales si se difundían a través de un aparataje manejado por expertos. Hoy hay infinidad de actores sobre el escenario y ya ni siquiera los hechos tienen que serlo para que sean considerados como tales, sino que basta con que se difundan el suficiente número de veces o que se simulen mediante falsos videos y montajes fotográficos”.

Y establece, como corolario, un epitafio que para nada debe movernos hacia la nostalgia: “Esta situación hace pensar en dos escenarios: el de la desaparición absoluta del periodismo como profesión (al menos con la forma que ha tenido durante el siglo XX y los primeros años del XXI); y el de un resurgir, producto del caos generado por la acción conjunta de los nuevos medios digitales y las redes sociales. En un ambiente tan fuera de madre, es posible que la gente empiece a valorar de nuevo el periodismo y que haya profesionales decididos a atender esa necesidad”.

Y no deja por fuera, para rematar, los efectos de la realidad emergente desde el Coronavirus: “Por supuesto que eso dependerá también de los nuevos cambios tecnológicos que puedan instaurarse en los próximos tiempos, ‘avances’ que se dan, paradójicamente, en un escenario mundial de regresión histórica en términos económicos, sociales y políticos. También, como corolario sobrevenido en 2020, esto debe encajar en la nueva normalidad pospandémica, lo que significa que entra en la esfera de la incertidumbre general”.

Rocy Albarrán y la revolución 4.0

Socióloga, emprendedora y apasionada de la comunicación, Rocy Albarrán advierte que hay una evolución tecnológica evidente, avasallante, que desde ya tiene nombre ascendente: la web 4.0, marcando el norte hacia la realidad virtual, las búsquedas por voz y mayor participación a través de aplicaciones para darle solución a diferentes problemas de la vida cotidiana.

“Yo creo que el periodismo debe fortalecerse en cada una de sus áreas para tener un impacto real en una población específica. Las comunicaciones se van a desmasificar, y van a aparecer periodismos más locales, experiencias más cercanas. Es importante que cada virtud que tienes como periodista, la puedas afianzar aún más. Si tienes una gran fortaleza en periodismo radial, que te hagas el mejor, y más si te geolocalizas, si hablas de sucesos o noticias específicas de una región, porque vas a tener mayor impacto, si lo haces bien, pero a menor escala”, manifestó.

Dedicada a la investigación sobre los públicos y su consumo de medios de comunicación, cree que, en la medida en que se acerque el mundo 4.0, las personas van a valorar más la geolocalización para comprar productos, consumir noticias y saber su realidad más cercana. Va a ser esencial para el periodismo que viene, como quedó en evidencia con la pandemia.

TikTok: un fenómeno de la banalidad en segundos

“Hasta ahora las tecnologías 2.0 y 3.0 han sido para una generación que tenía que ir hacia allá. Te enfocaste en Facebook y cuando le agarraste el gustico llegó Instagram, que cuando te gustó le salió el TikTok. Es un tema en el cual la generación que no es propia del mundo tecnológico —ni millenials, ni generación Z— , se siente en un ir constantemente hacia las cosas que se están inventando. Creo que esta revolución del 4.0 va a plantear que sigas haciendo lo que haces, sin necesidad de una pantalla para llegar a la aplicación, e incluso, si tienes instaladas las herramientas en tu carro o tu casa, puedes hacer las búsquedas por voz e ir aprendiendo, viendo videos a través de pantallas interactivas y realidad virtual. Eso va a ampliar la cantidad de usuarios, porque va a permitir a generaciones desinteresadas conectarse con sus familiares como está pasando con la plataforma Zoom. Mucha gente ya se entrenó con la cuarentena”, expresó Albarrán.

Marlon Zambrano/VTActual.com

#Reportaje El periodismo de datos en la era de las “fake news”

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