El próximo 15 de enero se celebra la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), en la que se espera que México asuma la presidencia pro témpore del organismo, en medio de un continente totalmente dividido y con un futuro, cada vez más incierto.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), asume una CELAC que deberá enfrentarse a polos ideológicos opuestos y a un continente en constante cambio.
Y AMLO es, en parte responsable del resurgimiento de esta diversidad en la región. Cuando todavía Argentina estaba gobernada por Mauricio Macri, creó, junto a Alberto Fernández el «Grupo de Puebla«, una antítesis al Grupo de Lima, y que reúne a los líderes políticos progresistas de América Latina, como el uruguayo Pepe Mujica.
El Grupo de Puebla busca trazar estrategias para rescatar el crecimiento sostenido y conjunto que tenía Latinoamérica antes de la oleada de gobiernos de derecha que rompió la unidad trabajada durante años por Hugo Chávez.
Con Brasil, Bolivia y Colombia gobernados por ultraconservadores, una Argentina ahora liderada por el peronista, Alberto Fernández, un Uruguay a punto de pasar a manos de la derecha y un Chile convulsionado por la mayor revuelta social antineoliberal en décadas.
Con el mapa geopolítico cambiando constantemente, Venezuela es un caso que pareciera ser único. Bloqueada y atacada diplomática, política y económicamente por EE.UU. y sus aliados latinoamericanos y europeos, es el único país que goza de cierto grado de estabilidad política, porque el Ejecutivo no ha podido controlar el aspecto económico.
Pese a los intentos de Washington de poner a la fuerza al diputado Juan Guaidó en la Presidencia de la República, no ha podido despegar la aventura en Venezuela, por lo que ahora pareciera haber fijado la mirada en un de los más fuertes socios del país en el Medio Oriente: Irán.
La situación de Bolivia, que según los representantes de la presidenta de facto, Jeanine Áñez, está en calma a la espera de las elecciones del próximo 3 de mayo, podría tomar un rumbo inesperado.
Y es que, el presidente depuesto, Evo Morales, quien salió como refugiado político hacia México en noviembre pasado cuando fue obligado a renunciar por las Fuerzas Armadas, ahora está en la misma condición, pero en Argentina, desde donde está dirigiendo la campaña electoral con miras a recuperar la Presidencia que le fue arrebatada, pero sin él como candidato.
MMMV-VTactual.com
Grupo de Lima vs. Grupo de Puebla: Las dos caras del continente