Este miércoles Cuba criticó a la OEA y defendió a su aliada Venezuela luego de que un grupo de naciones de la entidad regional, violando la propia normativa del organismo, decidió promover acciones injerencistas que según ellos se enmarca en encontrar caminos de diálogo en busca de soluciones para la crisis política que atraviesa el país sudamericano.
Una declaración del Ministerio de Relaciones de Cuba fustigó a la organización hemisférica y a su secretario general, el uruguayo, Luis Almagro, quien ha exigido elecciones y la liberación de políticos que están presos por distintos delitos cometidos para evitar la suspensión de Caracas de la Organización de Estados Americanos (OEA).
«La OEA demostró una vez más su incapacidad para frenar la execrable e histérica postura de su Secretario General, al servicio de los centros de poder y en franca violación de la letra y el espíritu de la propia Carta de esa lamentable organización», dijo la cancillería cubana.
Cuba quien fue suspendida de la Organización de Estados Americanos (OEA), en 1962, en un acto bochornoso supuestamente por sus vinculaciones con los países del bloque chino-soviético, consideradas «incompatibles» con el sistema interamericano, dijo que «quedó demostrado cómo el Consejo Permanente intervino en asuntos de la jurisdicción interna de uno de sus Estados miembros, en flagrante quebrantamiento del artículo 1 de la Carta fundacional».
La iniciativa tomada el martes por la OEA, que no apoyaron los gobiernos de Caracas, ni Managua, fue respaldada por 20 de las naciones afiliadas, incluyendo Estados Unidos y Canadá, para a su juicio avanzar en «propuestas concretas» dada la situación interna que vive Venezuela, que describieron como «difícil».
«La OEA que enfrentó a Venezuela es la misma que endosó agresiones e intervenciones militares; es la que ha guardado cómplice silencio ante graves violaciones democráticas y de derechos humanos en todo el hemisferio (…)», señaló el texto publicado en la portada del diario cubano Granma.
Venezuela calificó la iniciativa como un acto de «intervencionismo».
El presidente de Cuba, Raúl Castro, ha reiterado que su país «nunca volverá a formar parte de la OEA», un organismo del cual la isla fue expulsada durante la Guerra Fría en 1962.
En el 2009, la OEA levantó la suspensión sobre La Habana y le abrió nuevamente las puertas para su reincorporación, pero el gobierno cubano ha descartado su interés en volver a la entidad regional, por su oscuro historial de apoyos a sangrientos Golpes de Estados en la región.
CC