A quienes esperaban un encuentro aburrido, con poco juego ofensivo, mucha táctica y los defensas como protagonistas, Croacia e Inglaterra los complacieron.
No decepcionaron los equipos europeos: este Mundial ratificó la muerte del «Fútbol Bonito» y la consolidación del «Fútbol Práctico». El fin justifica los medios, el miedo a perder es mayor al deseo de ganar.
Lo peor que podía pasarle al juego ocurrió. Los británicos anotaron el primer gol y el resto fue historia.

5 minutos aguantó la defensa croata, una falta al borde de área de Modric y un golazo (no podía ser de otra manera) de tiro libre puso arriba a los ingleses.
El problema con este tipo de equipos es que luego juegan con el resultado: Ya anotamos, vamos a defender.
Croacia con muy poco, igualó las acciones en el segundo tiempo en uno de los miles de centros que intentó al área británica. El juego se animó un poco.

Pasaron los 90 minutos reglamentarios y llegó el tiempo de la prórroga. Con jugadores cansados, acalambrados y lesionados el juego se puso más espeso (aburrido).
Hasta que en una jugada aislada, un rebote en el área cayó en los pies de Mario Mandzukic quien le dió el pase a Croacia a la gran final.
Veamos el lado positivo de este encuentro, Inglaterra magnifica sus virtudes: Gran juego aéreo, una efectividad propia del fútbol moderno y una defensa muy ordenada.
La experiencia de Croacia se puso de manifiesto una vez más, nunca se entregaron y lucharon (con muy poco, eso sí) para igualar las acciones. Este grupo supo venir de atrás en sus encuentros de Octavos, Cuartos y Semifinales.
Dos equipos que quedaron en deuda, sólo uno (gracias a Dios) podía pasar a la Final.
¡Piel de gallina! Así se vivió el pitazo final de Croacia vs. Inglaterra en Zagreb. ¡Los croatas jugarán la final del mundo por primera vez! pic.twitter.com/fQ8hLXS0iG
— SportsCenter (@SC_ESPN) 11 de julio de 2018
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