Donald Trump recibió en la base aérea de Andrews a los tres estadounidenses que Corea del Norte liberó como gesto de buena voluntad ante el inminente encuentro entre el presidente de Estados Unidos y el líder norcoreano, Kim Jong-un.
En el avión militar de Estados Unidos que trasladado a Pyongyang al secretario de Estado, Mike Pompeo, para ultimar los detalles de la histórica reunión entre ambos mandatarios, también viajaban los tres liberados.
«Nos gustaría expresar nuestro gran reconocimiento al Gobierno de Estados Unidos, al presidente Trump, al secretario Pompeo y a las personas de Estados Unidos por traernos a casa», han señalado Kim Dong Chul, Tony Kim y Kim Hak Song, los tres estadounidenses detenidos en el país asiático.
Dos de los liberados, el experto agrícola Kim Hak-song y el exprofesor Tony Kim, fueron arrestados en 2017, mientras que Kim Dong-chul, un empresario estadounidense nacido en Corea del Sur y pastor de unos 60 años, había sido sentenciado a 10 años de trabajos forzados en 2016.
El líder norcoreano, Kim Jong-un, ha dicho que su encuentro con Trump, servirá para «construir un buen futuro».
Durante una reunión en la capital norcoreana con el secretario de Estado de EE UU, Mike Pompeo, Kim calificó la cumbre de «histórica» y de «excelente primer paso hacia la promoción del desarrollo de la situación positiva en la península de Corea.
El presidente Donald Trump le dio la bienvenida a los prisioneros estadounidenses y aseguró que el hecho es una prueba de los resultados de su diplomacia.
La ceremonia ayudó con la imagen del mandamás de la Casa Blanca después de haber sido condenado ampliamente por salirse del acuerdo nuclear con Irán el martes pasado.
“Estamos empezando sobre una nueva posición. Realmente creo que tenemos una muy buena oportunidad de hacer algo realmente significativo. Muchas cosas buenas han ocurrido”, dijo Trump.
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