A principios de septiembre, la NASA registró las llamaradas solares más fuertes de la última década, afectando las comunicaciones de radio de alta frecuencia así como el sistema GPS y las comunicaciones de baja frecuencia utilizadas en la navegación.
El Sol emitió el 6 de septiembre dos potentes llamaradas solares, con un primer pico de radiación a las 11:10 h (hora peninsular española) y otro, mucho más intenso, a las 14:02 h. El satélite Solar Dynamics Observatory (SDO) de la NASA y otros instrumentos lo han captado desde el espacio.
La llamarada X9.3 ha sido la más grande registrada en el actual ciclo solar, un periodo de once años que comenzó en 2008.
Estas erupciones solares llamadas de «Categoría X» podrían afectar a las naves que viajan a través del espacio, ya que presentarían más resistencia al entrar a la órbita de La Tierra y tener problemas de orientación o de aumento de carga.
La biodiversidad no escapa de las afectaciones por las llamaradas; la geodetección o la visión de campo magnético son habilidades que poseen algunos animales y podrían verse trastocadas, lo que los dejaría parcialmente sin el sentido de la ubicación y desorientados.
El paso del viento solar emanado por las erupciones podría generar problemas eléctricos severos; no todos los dispositivos están preparado para este tipo de eventos, por suerte ya los ingenieros trabajan para solucionar inconvenientes de está índole aunque de continuar las llamaradas se prevé variaciones en el voltaje del sistema.
Este fenómeno no se acerca al más destacado de su especie, sin embargo representa una potencial amenaza para nuestra atmósfera. Científicos e ingenieros del Centro de Predicción de Meteorología Espacial aún se encuentran estudiando el «ataque» para así tratar de no ser afectados en gran magnitud.
KH