El asesinato contínuo de líderes sociales en Colombia sigue en ascenso, las últimas semanas el país neogranadino ha protagonizado atentados y amenazas a organizaciones y liderazgos regionales sin que el gobierno nacional o regional detengan lo que analistas catalogan como «exterminio social».
Aunque el gobierno de Iván Duque hace cinco meses convocó a la Comisión Nacional de Garantías de Seguridad para líderes sociales, con el supuesto propósito de formular políticas que frenen el asesinato sistemático en el país, este delito no se detiene, por el contrario aumenta cada día.
Marco Romero, Director de Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento (CODHES), destaca que los esquemas de trabajo individuales sirven de poco. «Creo que el reto es cómo consensuar con los propios líderes sociales en los territorios, medidas de protección que vayan más a fondo con una presencia más integrada del Estado».
Sin embargo para las organizaciones sociales los funcionarios del gobierno de Duque deben asumir la responsabilidad de lo que ocurre «y dejar de echarle la culpa a otros gobiernos, aunque la tengan». Además denuncian también que la fiscalía no ha activado la unidad de desmonte del paramilitarismo, acción necesaria para frenar el asesinato de los líderes.
Aunque el Estado colombiano no lo reconoce, los líderes sociales denuncian que persiste el paramilitarismo y que su libre accionar golpea al país en puntos medulares del proceso de paz, pues parte del proceso es reconocer al paramilitarismo como un sujeto que forma parte del conflicto que tiene más de 60 años.
Bajo el gobierno de Duque han sido asesinados noventa y seis líderes, o por lo menos es la cifra que se conoce por las denuncias, ante esta realidad los movimiento y organizaciones demandan acciones y medidas contundentes que puedan frenar el exterminio.
Luis Emil Sanabria, Director de Redepaz indica que ni la fiscalía ni los entes del Estado «dan razón de que son las Águilas negras, por qué tienen tanta presencia en el territorio nacional y cómo reconocen ese supuesto grupo armado a los líderes y lideresas, es decir, que tienen acceso a la inteligencia».
EC