La Iglesia católica colombiana alertó de la posible connivencia entre miembros de la fuerza pública y grupos armados ilegales en el Chocó, selvático departamento fronterizo con Panamá.
En un comunicado, una docena de obispos y arzobispos instó al Estado a “atender las alertas por posibles situaciones de connivencia de integrantes de la fuerza pública con grupos ilegales”.
En la región operan las paramilitares Autodefensas Gaitanistas de Colombia y otras bandas criminales, además de la guerrilla ELN, que amenazan y ponen en riesgo constante a los pobladores y que, el pasado 2 de enero, mantuvieron confinados a los habitantes del caserío Pogue, que hace parte de Bojayá, poblado donde el 2 de mayo de 2002 una bomba cayó en una iglesia donde se había refugiado parte del pueblo y mató a por lo menos 79 personas.
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En ese sentido, la Iglesia católica pidió a las autoridades “establecer condiciones de vida digna y mecanismos de protección para las comunidades y líderes sociales en riesgo”, ya que al parecer los encargados de la seguridad pública no ejercen las acciones debidas.

También abogó por otras regiones de Colombia
También alzó su voz para advertir “sobre las dificultades que viven muchas personas en el territorio del Pacífico y suroccidente” –principalmente en la localidad de Buenaventura y en los departamentos de Nariño y Putumayo- por lo que solicitó al Estado colombiano “una solución integral que resuelva la causa de su crisis humanitaria”.
FF
Gobierno colombiano incapaz de frenar asesinato de líderes sociales