No se trata de cualquier tipo de tierras. Las tierras raras de las que entienden los eruditos de los más sofisticados equipos tecnológicos, son un grupo de 17 elementos químicos que pueden ser empleados en la fabricación de pequeños dispositivos electrónicos, hasta complejos equipos militares. China tiene las tierras raras y Estados Unidos las necesita.
Aunque no existe un pronunciamiento oficial de que los asiáticos vayan a incluir las tierras raras en las diferencias comerciales que ese país y EEUU sostienen, la hipótesis continúa cobrando fuerzas debido a lo que sugieren recientes publicaciones del Partido Comunista chino (PCC): “Aconsejamos a Estados Unidos que no subestime la capacidad de China para salvaguardar su derechos a desarrollarse y sus intereses. No digan que no se lo advertimos”.
La publicación es bastante clara en cuanto a lo que harán los chinos por proteger su derecho a seguir siendo una potencia económica y desarrollar su industria aún más. La expansión de China como gigante exportador y manufacturero, ponen en disputa con EEUU el primer lugar de la economía más poderosa del mundo.
La publicación del PCC, titulada “Estados Unidos, no subestimes la capacidad de China para contraatacar”, advierte sobre la dependencia de la nación norteamericana de las tierras raras que produce el gigante asiático, lo que pone en relieve un próximo paso que podría dar el gobierno de Xi Jinping, en reciprocidad a las sanciones del gobierno de #DonaldTrump.
Las medidas tomadas por Washington, están afectando a las dos economías más poderosas del mundo, pero también las que más se complementan entre sí. China es una de las más grandes importadoras de materia prima proveniente de EEUU, y EEUU importa muchos productos terminados de manufactura china. Incluso, gran parte de los productos norteamericanos, son fabricados por manos chinas. Entre 2014 y 2017, Estados Unidos importó de China el 80% de las tierras raras que manufacturó.
RB