InicioDestacadaEl chavismo y la joya de la corona en las elecciones regionales

El chavismo y la joya de la corona en las elecciones regionales

Miranda es una entidad central de Venezuela, el segundo estado más poblado del país, el primero con mayor población de clases medias y altas en el ámbito económico, característica que tradicionalmente lo ha hecho escurridizo para el chavismo en los procesos electorales.

La única vez que las fuerzas revolucionarias conquistaron este estado, fue con Diosdado Cabello (2004), una de las figuras fuertes del chavismo que, sin embargo, perdió en un segundo intento. De resto, la entidad cuyo nombre rinde tributo al precursor de la independencia latinoamericana, Francisco de Miranda, ha sido leal a la derecha, a pesar de que este sector ha hundido en la miseria y la desidia gran parte de la región.

Ha sido gobernado por figuras como Enrique Mendoza (tres períodos desde 1996 al 2004), de extrema derecha y participante del golpe de Estado en abril de 2002, y Henrique Capriles (dos períodos del 2008 al 2017), participante también del golpe y de todas las aventuras violentas emprendidas por la oposición, incluido un llamado que hizo personalmente, al perder en su aspiración presidencial, frente a Nicolás Maduro.

En Miranda, los municipios Chacao, Baruta y El Hatillo son los sectores de clases más pudientes del país, cuyos intereses no coinciden con el chavismo. Sucre es otro de los municipios que entra en esa clasificación; sin embargo, comparte territorio con importantes zonas de clases populares.

Carlos Ocariz, quien fuera alcalde de Sucre, fue el candidato de la derecha, ante la inhabilitación de Capriles Radonski por 15 años, por mal manejo de supuestas «donaciones» de otros países, sin cumplir los pasos reglamentarios. Capriles también está implicado en el caso de Odebrecht.

Ocariz, seleccionado por la organización World Mayor como «el Mejor Alcalde de Latinoamérica» (opinión que no comparten los habitantes del municipio), mantuvo a Sucre durante años sumido en basura, falla en los servicios públicos, entre otros.

Este era el mejor candidato que tenía la oposición, negada a todo diálogo, promotora de la violencia, para ir a un escenario electoral. Ocariz, de manera sorpresiva, fue derrotado por Héctor Rodríguez, un joven dirigente chavista proveniente de movimientos estudiantiles en Venezuela, que promete una gestión inclusiva y de justicia social. Su victoria es un importante termómetro político para el chavismo, de cara a las venideras elecciones de alcaldes y las presidenciales en 2018.

JS

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