Unos siete países del Caribe prohibirán, a partir del 1 de enero de 2020, los plásticos de un solo uso y el poliestireno expandido para evitar la degradación de sus costas, en un esfuerzo por dejar de ser la región considerada como la mayor contaminante per cápita de los mares.

Así las cosas, Jamaica, Belice, Barbados, Dominica, Granada, Trinidad y Tobago y Bahamas incluso dejarán de importar este tipo de material, para evitar la degradación de su hábitat marino que provocaría un riesgo para la salud y seguridad alimentaria de cerca de 40 millones de personas, además de pérdidas económicas incalculables.
De los treinta principales contaminadores mundiales per capita de este tipo de plásticos diez son de la región del Caribe, lo que da una idea de la magnitud del problema que se tratará de atajar apenas inicie el año nuevo.
Un club contaminador
Al «club» de los grandes contaminadores caribeños del plástico se suman Antigua y Barbuda, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, Granada, Anguila y Aruba, entre otros, con más de 300 mil toneladas de residuos de plástico que quedan varadas en las aguas cada año y que desembocan en los océanos por vías fluviales o tierra.

La creciente acumulación de residuos de plástico ha puesto en riesgo unos 200 mil empleos directos que dependen de labores ligadas al área costera, entre otras el millonario negocio del buceo en la región.
FF