Nació en cuna de oro en la ciudad de Medellin (Colombia) el 24 de febrero de 1977. Cuando cumplió 9 años, su padre le regaló un cofre con cartas de amor originales que Manuelita Sáenz le escribió a Simón Bolívar y varias medallas del Libertador. A los once años ya tenía una colección de más de 30 motos de alta velocidad y 30 motos de agua. A sus 13 años le montaron un “apartamento de soltero” con una “Silla de Venus» incluída. Tres años más tarde el gobierno colombiano – bajo las órdenes de los EEUU y los “Pepes” – lo utilizaron como “carnada” para asesinar al narcotraficante más poderoso del planeta: Pablo Escobar Gaviria, su padre.

De cómo Juan Pablo Escobar Henao se convirtió en Sebastian Marroquín Santos
Una vez asesinado Pablo Escobar Gaviria, el universo de lujos que rodeó a Juan Pablo Escobar se desmoronó. Según su testimonio en el libro “Pablo Escobar: mi padre. Las historias que no deberíamos saber”, el gobierno colombiano, los “Pepes” – “Perseguidos Por Pablo Escobar” grupo paramilitar conformado por narcotraficantes financiado principalmente por el Cartel de Cali – y la madre y hermanos de Pablo Escobar despojaron a la viuda y a sus hijos de la astronómica fortuna del narcotraficante a cambio de preservar sus vidas. Así, Victoria Eugenia Henao de Escobar, Juan Pablo Escobar Henao, Manuela Escobar Henao cambiaron de nombre y salieron de Colombia.
A pesar de no haber causa legal en su contra, ningún país los quería acoger. Hasta la mismísima Iglesia Católica les cerró las puertas. El único país que se dispuso a recibirlos – después de cambiar sus nombres y pagar una considerable suma de dinero a su gobierno – fue Mozambique.
Tras unos pocos días en ese país – que recién salía de una guerra civil – viajaron a Argentina donde vivieron en completo anonimato durante casi 20 años, hasta que Sebastian Marroquín Santos decidió romper el silencio con el documental biográfico: “Los Pecados de mi padre” (2009). El mismo fue presentado en los más importantes festivales de cine del mundo cosechando 7 premios y reconocimientos importantes. La ONU decidió proyectarlo en 2010 para celebrar el Día Internacional de la Paz.

El papel de la DEA en la historia de una traición
En el primer capítulo del libro “Pablo Escobar: mi padre. Las historias que no deberíamos saber”, Juan Pablo Escobar, a través del relato de los meses posteriores al asesinato de su padre ofrece interesantes revelaciones sobre cómo el Cartel de Cali hacía vida dentro de la Fiscalía colombiana hasta el punto de tener una oficina en sus instalaciones.
Sin embargo, lo más demoledor, es el descubrimiento de cómo la DEA y el hijo mayor de los Escobar Gaviria – Roberto – conspiraron para capturar al capo de la droga. Pocos días después de la muerte de Escobar, su hermano Roberto sufrió un atentado con un sobre bomba en la cárcel. En el hospital, Roberto le da un papel a Juan Pablo para que se dirigiera a la embajada de los EEUU y le pidiera ayuda a “Triple A”.

Este personaje resultó ser Joe Toft, director de la DEA para América Latina, quien les ofreció la posibilidad de conseguirles la residencia en los EEUU si les proporcionaban los archivos de Pablo Escobar a lo que su hijo respondió que estos no existían, pues su padre los llevaba “en la cabeza”. Le dejó claro que él era menor de edad y que no tenían nada más que hablar. Después de este evento, el muchacho de 16 años se preguntó de dónde habría salido la relación entre su tío y el jefe máximo de la DEA en la región.
Días más tarde, los contactó su tía Alba Marina Escobar con un mensaje de Roberto:
“…Roberto estuvo hablando con la DEA y le pidieron un favor a cambio de visas para todos ustedes. Lo único que tienen que hacer es escribir un libro sobre el tema que quieran, siempre y cuando se mencione a tu papá y a Vladimiro Montesinos, el jefe de inteligencia de Fujimori en Perú. Además, en ese libro tiene que asegurar que lo vio aquí en Napoles hablando con su papá y que Montesinos llegaba en avión. El resto del contenido no importa”
Juan Pablo Escobar y su madre se negaron a levantar un falso testimonio a lo que Alba Marina respondió:
“¿Y eso qué importa? ¿Ustedes no quieren las visas. Si no conocen a Montesinos y a Fujimori qué les importa decir eso (…) Esta gente les manda a decir que la DEA quedaría muy agradecida con ustedes y que nadie les molestaría en los EEUU a partir de ese momento. También ofrecen la posibilidad de llevar dinero para allá y utilizarlo sin problemas”.
Después de varios años de esa conversación, Roberto Escobar publicó el libro “Mi hermano Pablo” en el que “recreó” la presunta relación de Pablo Escobar con Valdimiro Montesinos y Fujimori. En dos capítulos relata lo mismo que les había sugerido su tía Alba Marina.
En el invierno de 2013 un periodista amigo de Juan Pablo Escobar le telefoneó para revelarle la verdad sobre sus sospechas. Había cenado esa noche con dos antiguos agentes de la DEA que participaron en la persecución a Pablo Escobar:
“- Saben mucho del tema y se dio la posibilidad de que yo les mencionara tu teoría sobre la traición de tu tío (…) ¡Pues es cierto! Yo no lo podía creer cuando me confesaron la existencia de su colaboración directa en la muerte de tu viejo”
Pablo Escobar y sus vínculos con la CIA
En 2017, Juan Pablo Escobar publica “Pablo Escobar. Lo que mi padre nunca me contó” y aquí arroja nuevos datos sobre la vinculación de diversas instituciones de los EEUU con el narcotráfico internacional. Una de ellas, la CIA, al mostrar unas fotografías del capo junto al mercenario de esa agencia de Inteligencia, Barry Seal, en una operación vinculada con los Irán – Contras. Sobre ese respecto declaró lo siguiente en el programa televisivo argentino “El Diario de Mariana” el 13 de febrero de 2017
En otra entrevista para el portal web El Confidencial afirmó:
“En honor a la verdad hay que contar cómo mi padre llegó a obtener semejante cantidad de poder y dinero. Es, sin duda, gracias a las alianzas. Le mandó 92.000 kilos de cocaína a la DEA durante tres años y se embolsó 700 y pico millones de dólares, que le permitieron comprar voluntades, bandidos, financiar terrorismo y causas para su propio beneficio. Las palabras literales de mi padre fueron: ‘Terminamos trabajando con quienes nos perseguían’. Más claro no canta un gallo. Esto mismo sucede hoy, 23 años después”
El narcotráfico: una excusa muy “rentable” de EEUU para intervenir a otros países
Es lo que podemos inferir de las siguientes declaraciones de Juan Pablo Escobar en el programa antes mencionado:
«Una oda a la corrupción»
Escobar Henao también es un gran crítico de las narcoseries realizadas por las transnacionales del entretenimiento. En primer lugar, lamenta la versión “glorificada” que hacen de su padre y otros narcos que estimula a que los jóvenes quieran emularlo.
Por otro lado asegura que esconden a quienes hicieron posible que los narcos como Pablo Escobar erijan su imperio:
“En ‘El patrón del mal’ no ves a ningún político demasiado corrupto o a ninguna institución democrática al servicio de Escobar, cuando lo estaban. En ‘Narcos’, todavía menos. Es evidente que el encubrimiento es hacia los grandes corruptos de Colombia y Estados Unidos. Estas series son una oda a la corrupción. La idea es representarlo lo más malvado y atractivo posible, y así no nos fijaremos en los malos que lo ayudaron a ser tan malo”.
Enza García Margarit/VTactual.com