Estados Unidos, un país conformado por migrantes incluida la familia del mismo presidente de su gobierno, está decidida a cerrar la puerta a la migración, específicamente a la que llega a ese país en busca de asilo político.
Así se desprende de un comunicado emanado del Departamento de Justicia y el Departamento de Seguridad Nacional, instituciones norteamericanas que firmaron un documento conjunto que insta a quienes buscan asilo político, a hacerlo en otros países, situación por demás violatoria del derecho internacional. El documento fija un nuevo “estándar” migratorio al fijar “más restricciones o límites de elegibilidad para los extranjeros que piden asilo en Estados Unidos”.
La nueva medida impide que solicitantes de asilo por persecución o riesgo de tortura, lleguen a Estados Unidos si ingresaron al país a través de “un tercer Estado” que otorgara la misma protección.
El secretario interino de Seguridad Nacional, Kevin McAleenan, aseguró que las medidas que se implementarán próximamente “ayudará a reducir un importante factor de “atractivo” que impulsa la migración irregular a Estados Unidos”.
Muchos de los migrantes que llegan a por la frontera sur hacia Estados Unidos, son acusados de solicitar asilo “sin mérito”. El señalamiento lo hace el fiscal general estadounidense William Barr, quien se une a los que no asumen desde Estados Unidos el terrible daño moral y el empobrecimiento que han causado a los países que hoy les reportan migrantes masivamente.
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