Resultan trascendentales los comicios que este domingo protagonizarán los argentinos y que los llevarán a decantarse entre el retorno del peronismo al poder de la mano de Alberto Fernández o la reelección del presidente Mauricio Macri, a quien se le acusa de ocasionar una de las peores crisis económicas del país.
Todas las encuestas pronostican una victoria del peronista, que hace llave con Cristina Fernández de Kirchner como su vicepresidenta, en sintonía con los resultados de las elecciones primarias de agosto pasado en las que aventajó por 16 puntos a Macri.
Si se repiten los resultados de las primarias, Fernández tomará las riendas del poder el próximo 10 de diciembre sin necesidad de balotaje, previsto para el 24 de noviembre en el caso de que ninguno de los candidatos alcance el 45% de los votos –o más de 40% y diez puntos porcentuales de ventaja sobre el segundo más votado.
Macri, castigado en Argentina
La situación no pinta muy bien para Macri, de 60 años, cuya gestión enfrenta una economía en recesión desde hace un año y medio, una inflación que podría cerrar cerca del 55% este año, e índices de pobreza (35,4%) y de desempleo (10,6 %) bastante elevados. Además, el ajuste fiscal ordenado por el FMI a cambio de un auxilio financiero de 56 mil 300 millones de dólares no ha rendido sus frutos.
De cualquier forma, con su lema «Sí, se puede», Macri confía en lograr más votos en las urnas para forzar una segunda vuelta esperanzado en que la tasa de participación de estos comicios sea superior a la de las últimas elecciones.
Mientras tanto, el peronismo se ha consolidado en la premisa de que la crisis económica le pasará factura a Macri, aunque la incertidumbre sobre el rumbo que tomará la economía tras los comicios también ha repercutido en los mercados argentinos y han vuelto las filas en los bancos de los ciudadanos que buscan proteger sus ahorros y se vuelcan a comprar dólares.
Sea quien sea el vencedor de los comicios de este domingo, tendrá que lidiar con un complejo escenario económico.
FF