En medio de fuertes críticas por la postura que ha asumido el presiente de México, Andrés Manuel López Obrador, ante el asedio a los países que son liderados por gobiernos de izquierda y a quienes han intentado socavar su soberanía, el mandatario de la nación azteca se ofreció como país mediador en la crisis provocada en Nicaragua y Venezuela.
“La diplomacia mexicana tendrá un papel decisivo en América Latina y el Caribe. México debe ser un líder en la región y estamos dispuestos a asumir esta responsabilidad. Es un momento en que México vuelva a mirar al sur”, aseguró López Obrador.
Por su parte, el subsecretario designado para la región de la Secretaría de Relaciones Exteriores mexicana, Maximiliano Reyes, puntualizó que aunque el Gobierno está dispuesto a contribuir de manera significativa para la resolución del crisis política de Nicaragua, dejó claro, que no está dispuesto impulsar acciones injerencistas en la nación centroamericana.
El gobierno mexicano “No acompañará acciones que puedan afectar negativamente al pueblo nicaragüense y que no sean conducentes para crear condiciones de confianza que se necesitan para acercar a las partes”, manifestó Maximiliano Reyes.
Esta iniciativa de AMLO se contrasta con las intensiones del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, quien se ha prestado para implementar una salida más dura al conflicto, la cual se basaría en impulsar una serie de políticas que podrían ocasionar consecuencias negativas para la economía nicaragüense.
YR