InicioCULTURA Y ENTRETENIMIENTOCuriosidadesEl agua tiene sus días contados en esta ciudad sudafricana

El agua tiene sus días contados en esta ciudad sudafricana

Como si se tratase de una película postapocalíptica al mejor estilo hollywudense, Ciudad del Cabo, la segunda urbe más importante de Sudáfrica, podría quedarse totalmente sin agua el 16 de abril de este año, fecha designada como el “Día Cero”.

Una combinación de factores, algunos ambientales, otros humanos, han generado esta crisis que ha llamado la atención mundial por tratarse de la primera gran ciudad en quedarse sin el importante recurso hídrico en pleno siglo XXI.

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Este era el nivel de la represa Theewaterskloof, la mayor proveedora de agua para Ciudad del Cabo, el pasado 31 de enero. Todo empezó en 2015, cuando se registró una sequía tan severa que prácticamente no ha cesado hasta la actualidad en el sur extremo del continente africano. Esto se debe a la acción del fenómeno El Niño, que erradicó las lluvias que reponían el agua de las presas que abastecían la ciudad. A esto se suma el fuerte crecimiento de la población citadina, que aumentó en 80% desde 1995 hasta la actualidad. Es decir, pasó de 2,4 millones de habitantes a los 4,3 millones que se estima viven allí en la actualidad.

 

Los ricos gastan más y los pobres sufren peor

Para colmo de males, pese a las continuas advertencias de los científicos que alertaban sobre la posibilidad del actual escenario, los políticos y autoridades civiles desestimaron los llamados de atención y no tomaron las previsiones hasta que se hizo tarde. Solo una de las siete plantas de desalinización han sido culminadas; las demás no superan el 50% de avance. Además, esta planta está situada en el Waterfront, la zona más exclusiva de la ciudad y, probablemente, de todo el continente africano.

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La mayor parte de la población de la ciudad vive en los barrios pero consumen tan solo el 5% del total del agua. Esta situación demuestra además, que el problema del agua también tiene un componente de clase: «Los asentamientos informales y empobrecidos, que constituyen la mayor parte de la población, usan menos del 5% del agua municipal total», según el experto en sostenibilidad Christian Alexander, citado por la BBC. Las tasas de consumo son desproporcionadamente más altas en los barrios más ricos, de baja densidad poblacional. Muchas viviendas son habitadas por una sola persona.

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Así es el agua sin tratamiento que sale por las tuberías de la ciudad.

Además, existe una “trampa” legal que permite a los más adinerados tener ventaja sobre los demás. En Sudáfrica el agua es oficialmente pública, pero quien compre una propiedad que contengan un acuífero, lo puede registrar a su nombre y no pagar nada ni distribuir agua. Por ejemplo, las grandes haciendas vinícolas suelen tener nacimientos de agua que, por estar en propiedad privada, no pueden ser usados por el público. Unos pocos son los dueños de una cantidad enorme de agua, mientras tanto la ciudad sufre de sed.

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La población ya hace cola para recolectar agua de manera diaria en los puntos permitidos para ello.

Futuro incierto

La situación es crítica. Menos del 40% de la población cumple con la recomendación del gobierno local de no usar más de 50 litros diarios; una ducha de 5 minutos consume 100 litros de agua, de acuerdo con la OMS. De llegar al Día Cero, la población tendrá que hacer cola en alguno de los 200 puntos elegidos para distribuir agua, en los que solo se pueden recolectar 25 litros. Mientras esto ocurre, todavía hay gobiernos y especímenes humanos que piensan que el cambio climático no existe o que sus consecuencias están lejos de alcanzar a la humanidad, cuando en realidad, están a la vuelta de la esquina.

JA

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