A inicios del mes de julio, fueron ejecutados siete exmiembros, junto al líder de la secta Aum Verdad Suprema, los cuales provocaron la muerte de 13 personas en el año 1995 cuando esparcieron gas sarín en varios líneas del metro en Tokio.
La mañana de este jueves, Japón cerró uno de los episodios más oscuros de su historia reciente con la ejecución de los últimos miembros de la secta Verdad Suprema, responsable de uno de los primeros atentados de terrorismo moderno y el más mortífero en la historia de esa nación.
Los últimos seis integrantes del grupo religioso liderado por Shoko Asahara fueron sometidos a la horca en diferentes cárceles del país y se sumaron así a los otros siete ajusticiados el pasado 6 de julio, entre ellos el citado gurú de esta secta apocalíptica. Otros 190 miembros de la secta recibieron diferentes condenas.
Todos ellos habían sido condenados a la pena capital por planear y ejecutar los atentados perpetrados en 1995 con gas sarín, que dejaron a 6 mil 300 personas intoxicadas, 13 muertos y a decenas en estado casi vegetativo y por su responsabilidad en otros asesinatos perpetrados por la secta.
Durante una rueda de prensa, la Ministra de Justicia, Yoko Kamikawa, aseguró que los atentados llevados a cabo en varias estaciones del metro de Tokio en hora pico, fueron indiscriminado contra vidas preciosas de civiles generando un dolor y un sufrimiento inimaginable a las víctimas y a sus familias.
El 20 de marzo de 1995, varios miembros de dicha organización, esparcieron gas sarín en varias líneas de metro que confluían en el corazón administrativo de la capital.
Nadie entendía lo que ocurría esa mañana en plena hora pico, cuando numerosos pasajeros salían de varias bocas de metro con síntomas de sofocación. Otros se tambaleaban mientras les salía espuma de la boca y sangraban por la nariz.
El ataque sumergió al país nipón en el caos y se tomaron medidas fuertes contra el la secta, en las faldas del monte Fuji, donde autoridades descubrieron una planta capaz de producir suficiente sarín como para matar a millones de personas.
En diciembre del año 1999, la secta Aum, que llegó a tener 10 mil seguidores, reconoció por primera vez de forma oficial su responsabilidad en el atentado contra el metro de Tokio. La primera pena capital se dio a conocer en septiembre de 1999, pero no fue hasta este año 2018 que se llevaron a cabo las ejecuciones.
MT
Más de dos décadas para que víctimas de atentado en Tokio recibieran justicia