No hubo las multitudes de la toma de posesión de Obama. Las imágenes de una capital gris y lluviosa, lejana a los festejos, recorrieron el mundo para abrir paso a la “era Trump”.
Según reseña la agencia Ansa, “Donald Trump ha estudiado los mensajes de Ronald Reagan, John F. Kennedy y Richard Nixon durante su discursos en la ceremonia de asunción como presidentes de Estados Unidos. Así lo informó la prensa estadounidense. Y de los tres, al que observó con más «atención» fue al de Nixon de 1969, ya que «las circunstancias son las más» similares a las de hoy, dijeron sus allegados.”
Malos augurios, si se considera que Nixon obtuvo la reelección en 1972, mientras se trataba de encubrir el famoso escándalo conocido como Watergate. A principios de los 70, un grupo de hombres ingresaron de modo ilegal al edificio Watergate en Washington, que además era sede del Partido Demócrata. Consiguieron robar una serie de documentos. Nixon protegió a los responsables.
Durante dos años se reunieron pruebas contra el entorno del presidente. A raíz de la investigación se descubrió que Nixon grababa en cintas magnéticas conversaciones dentro de la Casa Blanca cuyos contenidos, posteriormente, se revirtieron en su contra: lograron demostrar que Nixon obstaculizó la justicia. El 27 de julio de 1974, la Cámara de Representantes inició un impeachment en su contra. El 8 de agosto de ese año, Nixon se convirtió en el primer y único presidente que ha renunciado en los EEUU.
Si Nixon es el referente: ¡Madre mía!
Nixon, sin embargo, salió del confesionario sin contar todos los pecados. Pasados 16 años su muerte, todavía salían a la luz escandalosas pruebas que lo comprometían en la agresión imperialista contra el Chile de Allende.
El sitio web Nixontapes.org archiva y difunde numerosos audios que comprueban los crímenes de su administración en el país sureño, como por ejemplo, la implicación de los Estados Unidos en el homicidio de quien fue Comandante en Jefe del ejército de Chile, el general René Schneider.
Las grabaciones de conversaciones entre Nixon y su consejero de Seguridad Nacional y luego secretario de Estado, Henry Kissinger, y el secretario del Tesoro, John Connally son feroces. En una de las cintas se escucha cuando Nixon le dice a Kissinger que Allende era un «hijo de puta» y anunciaba su intención de darle «una patada en el trasero», debido a que los estadounidenses «se mueren de ganas de que le demos una patada en el trasero a alguien».
Resulta poético que 44 años después del golpe de la CIA en Chile, mientras el Presidente electo Donald Trump inspira su discurso en Richard Nixon, el pueblo de los Estados Unidos reacciona entonando en inglés la histórica consigna de la Unidad Popular:
"El pueblo unido jamás será vencido" las voces de liberación que retumban en pleno corazón del Imperio pic.twitter.com/ooAXCVptow
— Larissa Costas (@Larissacostas) January 21, 2017
Trump y Latinoamérica
Corre el rumor: antes de su investidura como Presidente de los Estados Unidos, Trump se “reunió” con “expertos” sobre Latinoamérica: el encuentro se habría “prolongado” unos 20 minutos.
Un programa de televisión en España consiguió una “entrevista” con uno de los asistentes al encuentro. Se trata de Julio Ligorria, guatemalteco, empresario, con algunas incursiones en el campo de la “diplomacia”.
Ligorria reconoce que iba con “expectativas muy bajas y me he encontrado con un señor amigable, distendido, escuchador”.
Aunque la comunidad hispana en Estados Unidos ha resentido que Trump discrimine de su gabinete a los latinos -una exclusión no vista en los últimos 29 años– Ligorria destaca que: “es el primer presidente electo, en los últimos 6, que abre un espacio para un grupo latinoamericano… antes de la toma de posesión”.
Ligorria destacó que Trump hizo referencia al Presidente Macri, pasando por alto que las relaciones entre ambos presidentes han sido “ásperas” en el pasado.
Hace algunos años, cuando Macri se desempeñaba como jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ofreció una entrevista en la que recordaba cómo fue su sociedad con el magnate:
“Habíamos empezado un proyecto inmobiliario con el famoso Donald Trump, que al final se lo quedó él, lo habíamos empezado con mi padre, yo era gerente, se armó un lío con el banco y al final se lo quedó él”. En otra entrevista, Macri aseguró que después “quedamos como amigotes, y cada vez que voy a Nueva York, lo visito”.
¿Leopoldo who?

Según comenta Julio Ligorria, uno de los temas tratados con Trump en los 20 minutos que le dedicó a la región, el tema más relevante fue Venezuela: “Y lo que dijo fue, ¿cómo está Antonio Ledezma y cómo está Leopoldo López? Y cuando mencionó a Leopoldo López… Jared Kushner, su yerno dice: “Leopoldo López es el “Mandela latinoamericano”». Así lo suelta Ligorria con la misma ligereza con la que algunos confunden a Madiba con Morgan Freeman.
Vale recordar -para sortear con la justicia las piezas de propaganda- que Leopoldo López fue el cabecilla de un movimiento paramilitar y terrorista conocido como La Salida en el que resultaron 43 personas asesinadas y se contabilizan más de 870 heridos.
Así resume Ligorria su encuentro con Trump, que no está libre de trampas. Según reseña la página de web del Centro CELAG, el guatemalteco es un “empresario dedicado a la asesoría política a través de su empresa “Interimage Latinoamérica” y se lo conoce por haber estado involucrado en una estafa al Estado guatemalteco junto con el grupo empresarial Magdalena de la familia Leal Pivaral. Se destacó en los últimos años por su lobby a favor de la Alianza para la Prosperidad en el Congreso estadounidense, Alianza firmada por los países del Triángulo Norte de Centroamérica para el “desarrollo” y la seguridad, organizada y supervisada por Estados Unidos. Ligorría es miembro del Inter American Dialogue, think-tank que ha destacado por su prédica y practica en contra de los gobiernos progresistas de América Latina, en particular el de Venezuela. Este organismo rechazó la candidatura de Trump, pero ahora que es presidente, vemos que sus integrantes no tienen demasiado reparo en negociar con el magnate.”
¿Del muro? no nos dan noticias. Ni de las presiones que Trump ha ejercido sobre compañías estadounidenses para que no inviertan en México. Al parecer, tampoco conversaron de las relaciones con Cuba que Obama dejó fuera del congelador. Es que si te dan 20 minutos a solas con Trump, lo mejor es hablar de petróleo.
LC