Tradicionalmente se ha considerado a Etiopía como la cuna del ser humano moderno, ya que es el lugar en el que se han encontrado los fósiles de Homo sapiens más antiguos, pero un nuevo descubrimiento apunta a que toca trasladar ese origen a Marruecos.
Los fósiles de Homo Sapiens cuyo descubrimiento se hizo público en junio y de cuyo estudio se ha responsabilizado el Instituto Max Planck Institute de Antropología en Leipzig, ya fueron noticia entonces por tener una antigüedad estimada de 300.000 años, lo que supone 100.000 más que cualquier otro que se haya descubierto y situar la aparición de nuestros ancestros aún más atrás en el tiempo.
El error en las estimaciones cronológicas en estos casos es del 10%, y aunque 30.000 años puedan ser muchos según para qué, en este caso no restan relevancia a la datación, muy anterior a lo que se conocía. Pero este importante hallazgo no solo ha resultado ser trascendente por cómo afecta a la cronología de la aparición del hombre, sino también a su ubicación geográfica.
Estos fósiles se encontraron en Jebel Irhoud, en Marruecos, prácticamente en la otra punta del continente africano.
Esa apreciación está en línea con otra investigación reciente. En septiembre investigadores de la Universidad de Uppsala (Suecia), de la Universidad de Johannesburgo (Sudáfrica) y de la Universidad de Witwatersrand (Sudáfrica), publicaron en Science un estudio que, a partir del análisis de datos genéticos obtenidos de siete humanos que vivieron en los últimos 2.500 de años en Sudáfrica, sugerían que el Homo Sapiens surgió hace 350.000 años, mucho antes de lo que se creía hasta ahora, según un estudio publicado en Science. Los estudiosos apoyan también así la teoría del origen panafricano del Homo sapiens, con evoluciones simultáneas en todo el continente.
Su apariencia era tan similar a la nuestra que, según Hublin, «es un rostro como el de cualquiera que podría cruzarte por la calle hoy día». No obstante, había diferencias significativas, sobre todo en la cavidad craneal, más alargada. El Instituto Max Planck es pionero en el campo de la extracción de ADN fósil y mapeando el genoma humano, pero ha sido incapaz de lograr muestras útiles de las excavaciones.
Junto a los fósiles los arqueólogos encontraron herramientas de piedra que habían sido quemadas y podrían considerarse artefactos. Y los arqueólogos han retomado als excavaciones en el mismo lugar, por lo que tal vez haya más novedades que permitan completar el complejo y cambiante árbol de la evolución humana.