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Violencia velada que mata a las madres

Estaba en proceso de parto, pero no la quisieron atender. Esperó, entre dolores y preocupaciones, pero nuevamente le negaron la atención. Cuando ya perdía las esperanzas de que un médico se ocupara de ella, una nueva negativa la hizo abandonar el recinto. Pero ya estaba pariendo, literalmente, y en la planta baja dio a luz a un bebé que, cansado tras horas de fallidos intentos por ver la luz, no aguantó y falleció, la noche de este miércoles 13 de septiembre. En las instalaciones del Hospital Clínico Universitario de Caracas, Venezuela, la doctora que se negó a atenderla alega que la muerte de la criatura es responsabilidad de la propia madre, pues “cerró las piernas”. No se habla de una velada forma de violencia.

El testimonio, contado a través de una de las enfermeras de guardia cuya identidad mantendremos en el anonimato, refleja uno de los problemas que más aqueja a las futuras madres en el mundo: la violencia obstétrica. Aunque podría parecer que estamos ante un dilema de mala praxis o decisión individual de una doctora poco sensible o poco solidaria, que ciertamente lo es, se trata realmente de un problema estructural, porque viene desde la propia formación a los practicantes de la medicina.

“Se nos enseña que ese cuerpo de la mujer nos pertenece”, dice al respecto la doctora Nancy Bello, entrevistada en exclusiva para VTactual.com, en referencia a que las decisiones médicas dejan de lado las experiencias de las propias pacientes. Entonces se niega la atención o se practica, por ejemplo, una cesárea que no debe hacerse. “No dejamos que fluyan sus tiempos y sus procesos […] De alguna manera le estropeamos el parto a las mujeres”, agrega.

A continuación, un extracto de esa entrevista:

 

Ese es uno de dos elementos que intervienen en la violencia obstétrica en Venezuela. El otro, tiene más que ver con el propio sistema público de salud, cuyos esfuerzos por revertir esta realidad han resultado escasos. Por un lado, porque “los mecanismos de regulación de la atención en los hospitales son realmente muy débiles”, hay falta de seguimiento, de indicadores y sistematización de experiencias. Por el otro, los pocos protocolos existentes “no se llevan a cabo” y, en todo caso, “no tienen perspectiva de género”. Estos elementos, junto a lo estructural y una realidad delicada de insumos en algunos recintos producto de la guerra económica, generan una problemática compleja.

Pero Bello va más allá: uno de los estados con mayor tasa de mortalidad materna en el país, dice, es el más occidental del territorio, el Zulia. Allí, el 98% de los partos son tratados en hospitales, en una región con gran presencia de miembros de la etnia wayuu o la bari. ¿Por qué están muriendo? “Porque cambiaron su modo de parir, de un parto humanizado, en casa, a un parto hospitalario”.

Los indicadores de este fenómeno son alarmantes. Según datos suministrados por la doctora Bello, en los últimos 17 años la cifra de mortalidad materna ha crecido en más de 50% y en el último año el incremento rondó el 90%; un crecimiento de 10% ya genera una alerta epidemiológica, explica la especialista.

Una publicación del portal AlbaTV ratifica lo expuesto por Bello. Según cifras del Ministerio de Salud publicadas en mayo de este año, «la mortalidad materna viene en crecimiento sostenido desde el 2014, siendo el 2016 el año con el registro más alarmante, ya que presentó un incremento del 65.8% de los casos en relación al año anterior, teniendo en concreto 756 casos de mortalidad materna».

Ante este panorama, y teniendo como deuda todavía la aprobación en segunda discusión de la Ley de Parto Humanizado, se ha elaborado la propuesta de creación de una sala situacional para la erradicación de la mortalidad materna. “Justamente porque ahí podemos mirar de cerca y atender en tiempo real y de forma oportuna”, explica Bello. Prevén que con esta sala se pueda generar enlaces entre instituciones, en casos que requieran trasladar algún insumo o especialista para evitar una muerte prevenible. Porque en ningún caso debe una mujer morir por complicaciones en el parto, siempre que tenga un embarazo controlado y bien atendido.

Por esto último, la doctora lamenta los recientes incrementos en las tasas de mortalidad materna, que le resultan alarmantes, y que reflejan la necesidad de mejorar y robustecer el sistema de salud nacional, y avanzar en materia legislativa pero especialmente en el seguimiento e implementación de las leyes, tarea pendiente para las autoridades venezolanas que deben velar por la vida de la población.

JI

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