Lo decía la razón, Francia tiene una generación de jugadores de muchísima calidad y en un partido decisivo es una ventaja importante. No fueron suficientes el corazón y las ganas para Croacia. Esperábamos un encuentro de pocos goles, pero como esto es fútbol y cualquier cosa puede pasar, Francia y Croacia nos regalaron un buen juego en la final del Mundial Rusia 2018.
Croacia salió con todo buscando pegar primero, Francia puso la calma y esperó el momento oportuno para contraatacar. Como fue costumbre en el Mundial, de un balón parado vino el primer gol, Mandzukic desvió la pelota y con un autogol se fue arriba Francia.
Como en octavos (Dinamarca), cuartos (Rusia) y semifinal (Inglaterra), Croacia tuvo que venir de atrás y dio una nueva demostración de carácter igualando el marcador.
Pero cuando parecía que iba a terminar igualado el primer tiempo, un tiro de esquina y una mano dentro del área culminó en un penal que marcó Griezmann para adelantar a los galos.
Para el segundo tiempo la selección francesa jugó con la desesperación y el cansancio de los croatas. En un abrir y cerrar de ojos con golazos de Pogba y Mbappé el juego se puso 4-1.
El único error en el mundial del portero Lloris desembocó en un gol de Mandzukic que maquilló el resultado final.
Francia con un equipo repleto de descendientes africanos (varios nacidos fuera de territorio galo) dominó el Mundial Rusia 2018 desde el primer día y fue justo ganador del torneo.
Por su parte, Croacia se ganó el respeto del mundo entero al derrochar carácter en cada uno de sus encuentros.
El francés Kylian Mbappé fue seleccionado como el jugador joven del torneo, mientras que el mejor jugador de Rusia 2018 fue el croata Luka Modric. El Guante de Oro se lo quedó el belga Thibaut Courtois con 27 atajadas y el inglés Harry Kane fue el goleador del torneo con 6 anotaciones.
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