Importantes ministros del gabinete de Donald Trump se reunieron este jueves con sus pares mexicanos, en un intento por limar asperezas con el país latinoamericano surgidas por las nuevas políticas migratorias estadounidenses que incluyen deportaciones rápidas de indocumentados.
El secretario de Seguridad Nacional, John Kelly, y el secretario de Estado, Rex Tillerson, se reunieron en Ciudad de México con el canciller mexicano, Luis Videgaray, y el secretario de Gobernación, Miguel Osorio. Más tarde serían recibidos por el presidente Enrique Peña Nieto.
Durante un mensaje conjunto de los cuatro funcionarios, Kelly repitió varias veces que no habrá deportaciones masivas de mexicanos y que las detenciones de inmigrantes indocumentados que se están produciendo no son una operación militar.
«No habrá, repito, no habrá deportaciones masivas y todo lo que estamos haciendo en el Departamento de Seguridad Nacional será hecho legalmente y de acuerdo al sistema legal y de derechos humanos de los Estados Unidos», afirmó Kelly.
Subrayó que no se utilizará la fuerza militar en los operativos migratorios. “Se hará de manera que se respete la dignidad humana”, prometió.
“Las deportaciones se harán conforme a nuestro marco legal y se expulsará a quienes tengan antecedentes criminales y todo esto se hará, como siempre, con estrecha colaboración del gobierno de México”, declaró el ministro de Seguridad Interior de EE.UU.
Por otro lado, Videgaray, mano derecha de Peña, dijo que hay «irritación» por las nuevas políticas migratorias de Estados Unidos que afectan a unos seis millones de inmigrantes mexicanos en ese país, pero destacó que se acordó continuar el diálogo para superar los agravios y el ánimo negativo que existen.
«Es un hecho, como se puede constatar, que existe en los mexicanos preocupación e irritación ante lo que se percibe políticas que pudieran ser perjudiciales para el interés nacional», dijo en su mensaje.
«Las diferencias entre México y Estados Unidos subsisten y habremos de trabajar para llegar a acuerdos que sean en el interés de México y los mexicanos como habrá de hacerlo el Gobierno de Estados Unidos en el interés de su país, para superar los agravios, para superar los sentimientos negativos que el día de hoy prevalecen más que las palabras» agregó.
Respecto al asunto migratorio consideró que la responsabilidad debe ser compartida y más allá de los controles de la migración. Opinó que se deben hacer esfuerzos por el desarrollo y estabilidad en Centroamérica.
El secretario de Gobernación mexicano refirió que México defiende una repatriación ordenada y de respeto a los derechos humanos de los connacionales.
Señaló que para construir esquemas de colaboración se abordaron en la reunión mecanismos de cooperación en materia de seguridad contra terrorismo, y tráfico de drogas.
Incómoda visita
Tras la reunión, los hombres clave de ambos países, que comparten una conflictiva frontera de 3,200 kilómetros, mostraron cierta tensión y fue después de varios segundos de haber terminado sus mensajes que se acercaron para posar para la foto estrechándose las manos.
La nota discordante del día la puso el presidente Donald Trump quien dijo horas antes de la reunión, ante un grupo de directivos de grandes corporaciones, que su plan para aumentar de manera significativa las deportaciones de indocumentados, es una »operación militar».
“Estamos expulsando a estos chicos malos de Estados Unidos, a los miembros de las bandas delictivas, responsables de la mayoría de las actividades violentas, a un ritmo que nadie imaginó antes”, añadió el mandatario.
El comentario de Trump llamó la atención debido a que los funcionarios de la Agencia de Inmigración y Aduanas (ICE) y de las patrullas fronterizas son civiles y no pertenecen a los servicios armados, señala el sitio digital Politico.
Por otro lado, altos funcionarios del Departamento de Seguridad Interior aseguraron el martes que la deportación de refugiados centroamericanos a México se realizará de forma limitada y solo después de negociar con el gobierno de ese país.
Las tensiones por los temas migratorios, que también implican a decenas de miles de centroamericanos que atraviesan México, se sumaron en los últimos días a las tensiones por la posibilidad de que Trump renegocie el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que también incluye a Canadá.
Con información de Reuters, RT y Prensa Latina
JA