Sobre Venezuela se ha desatado no solo un brutal ataque de misiles financieros y bombardeos económicos, especialmente durante los últimos cinco años y medio, sino también cientos de miles de líneas en prensa escrita y digital que acaparan la atención del mundo en base al tema de la migración venezolana. Un polémico debate entre los que se van y los que se quedan.
Las historias de los venezolanos que deciden irse y los que deciden quedarse se podrían catalogar de diversas, insólitas, pesimistas, optimistas, dantescas, esperanzadoras, y siempre rayan en los extremos: se mueven entre la tragedia y la narrativa de la fe y la esperanza. Sin falta sacan un suspiro de dolor intenso o de amor puro. Lo cierto es que cada historia es muy particular y toca lo profundo del alma y la fibra de cualquier corazón nacional o extranjero. Hoy el mundo entero tiene que ver de alguna forma con Venezuela.
El periodista y escritor Roberto Malaver ofreció una entrevista a VenezuelaTimesTV y fundamentó las razones por las cuales una gran parte de los venezolanos decide quedarse en la nación suramericana a pesar de la grave crisis económica y social que atraviesa:
“El venezolano que se queda en el país reconoce tres cosas: se queda porque sabe que hay una crisis; en segundo lugar porque sabe cómo enfrentarla y la va a enfrentar, teniendo fe en sí mismo; la tercera variable es porque reconoce al Gobierno y piensa que éste se encuentra en la capacidad de resolver la situación y ayudarlo”, asevera el periodista.
Malaver asegura que cada persona tiene sus razones y circunstancias particulares pero en cuanto a los que toman la decisión de permanecer en su patria expresa:
“También se anclan en el país porque tienen fundamentalmente una esperanza y esa esperanza está apoyada en su capacidad de trabajo, en su creencia de que él o ella -como venezolanos- son capaces de salir adelante como sea, saben que cuentan con los recursos (intelectuales, materiales, creativos), se basan en su fe y esa es finalmente la fórmula de la esperanza”.
Existen cientos de empresas privadas de comunicación que titulan con “millones de venezolanos migraron” a tal o cual país; otros medios hablan de cientos de miles, y todos se acreditan tener la verdad absoluta. Algunos gobiernos de países que reciben a los migrantes han dado sus cifras oficiales y otros hacen aproximaciones.
Lo cierto es que los venezolanos que optan por la opción de pisar el aeropuerto de Maiquetía o acercarse a alguna de las fronteras solamente para recibir o despedir algún familiar o amigo y, en lo particular, siguen apostando por vivir en su lugar de nacimiento, han puesto todo su existir -junto a sus circunstancias- sobre una balanza y han dicho la frase: “Yo me quedo”.
No se trata de juzgar las razones de unos y otros. En el caso de la mayoría que permanece en el país, queda expectante y atento ante las propuestas, posibles soluciones, acciones e incluso analiza las omisiones que van colocándose a diario sobre la mesa.
Posiblemente una parte importante de la población esté esperando ver resultados favorables en cuanto al diseño de una política monetaria y financiera que pueda arrojar avances a partir de la reconversión monetaria y el nuevo cono que se coloque en circulación en los próximos meses, acompañado de una estabilización de la macro estructura económica del país, del sistema productivo, del control de precios, de los resultados concretos del Petro e incluso existen grandes expectativas sobre la nueva propuesta del “bolívar-oro”.
En un reciente análisis de Ernesto Navarro en Rusia Today (RT) se expone el siguiente planteamiento: «Proponemos que el valor del ‘Bolívar Soberano‘ (que resultará de la reconversión monetaria) se fije en función de la cantidad de oro que la nación tiene en las bóvedas», explicó la economista Pasqualina Curcio, docente de la Universidad Simón Bolívar.
Sería «una respuesta contundente» a la actual manipulación que se hace del tipo de cambio (dólar paralelo ilegal) y que, en opinión de la académica, «ha sido el arma más potente empleada contra el país en el marco de la guerra económica».
Millones de venezolanos han tomado una decisión electoral el 20 de mayo de 2018 con su voto. Otros millones han decidido no votar. Una cantidad importante de migrantes se encuentra viviendo en diferentes latitudes. Ideologías, sistemas de creencias y juicios distintos, enfrentados, cambiantes los mueven desde hace décadas hasta hoy. Lo cierto es que a todos los vio parir la madre patria de maravillas como El Salto Ángel, los Médanos de Coro o La Laguna del Santo Cristo y la única certeza es que los une la búsqueda de una mejor calidad de vida material, psicológica y espiritual, junto a la esperanza de concretar un presente y un futuro que esté provisto de paz y prosperidad.

SC
Stelling advierte que la sociedad venezolana sufre de hiperanomia