«Ella es una negrita linda», «negro, pero intelingente», «blanco con bata: doctor, negro con bata: chichero». Chistes, refranes y expresiones que persisten en un país en el que luego de la sangrienta colonización, se mezclaron indígenas, europeos y africanos esclavizados, y donde la herencia negra tiene gran influencia (el el tercer país de América Latina con mayor población afrodescendiente, después de Brasil y Colombia).
Incluso, hay quienes sostienen que el desprecio que siempre manifestó la oligarquía venezolana contra Hugo Chávez, tiene su base en sus rasgos indígenas y negros. No es una locura pensarlo, durante una cumbre entre Áfria y América Latina que se desarrolló en el páis suramericano, un conocido presentador de una televisora privada se burló de uno de los mandatarios africanos, le colocaban imágenes de cambures para compararlo con un mono, con la risa complaciente de sus co presentadores.
A propósito del Día Contra la Discriminación Racial, Venezuela Times entrevistó a la socióloga y escritora Beatriz Aiffil, para quien a pesar de existir institucionalmente un «día de la raza (12 de octubre, fecha en que el colono Cristóbal Colón llegó a Venezuela e inició el genocidio más grande de nuestra historia), y la abolición de la esclavitud, el país no avanzó significativamente en cuanto a la superación de la discriminación racial en el período entre 1830 y 1998.
«Las encuestas negaban la discriminación racial y el racismo, la gente entendía que el racismo tenía solo expresiones físicas y violentas. No se pensaba en la omisión, invisibilización, subestimación, descalificación, etc. Que eran formas sutiles o solapadas de discriminación. Tampoco en cuanto a discriminación basada en el sexo o género. Al contrario los chistes sobre homosexualidad eran pan nuestro de cada día. A las personas con discapacidad se les llamaba “inválidos” con toda la carga de aniquilación moral de esta palabra», refiere Aiffil.
La socióloga venezolana, que además es integrante de la Red de Organizaciones Afrovenezolanas y del colectivo Trenzas Insurgentes, refiere que en la Constitución de 1961 se asumía el propósito de “mantener la igualdad social y jurídica, sin discriminaciones derivadas de la raza, sexo, credo o condición social”, pero considera que en ese entonces, el Estado venezolano no hizo nada por concretar en la práctica este compromiso.
En contraposición, argumenta que «la Constitución de 1999, prohíbe expresamente la discriminación en su artículo 21, y manda a que el Estado garantice las condiciones para que la igualdad ante la ley sea real y efectiva, así como a adoptar medidas positivas a favor de personas o grupos que puedan ser discriminados, marginados o vulnerables».
Evidentemente, la ley fue atacada por la derecha venezolana, entre otros argumentos, señalaban que la ley prohibía de manera expresa decirle «negro» a una persona con las características fenotípicas de la afrodescendencia. Se hicieron chistes en televisión, crónicas y virulentas manifestaciones de rechazo, contra un artículo que no existe.
«Ante la instauración de un gobierno de izquierda, la derecha ha reaccionado haciendo evidente su natural racismo. El fallecido presidente Chávez les quitó las máscaras y, ellos, en lugar de hacer reparaciones, enfilaron sus baterías contra ese pueblo que siempre habían discriminado por feo, pobre, sucio, indio, negro, ignorante y otros sinónimos según su criterio
En este contexto, Revolución Bolivariana promulgó una Ley Orgánica contra la Discriminación Racial que, entre otras cosas incluye la creación del Instituto Nacional Contra la Discriminación Racial (Incodir) cuya tarea fundamental es combatir este flagelo.
Sin embargo, Aiffil sostiene que falta mucho por avanzar, sin embargo considera que «lo avanzado hasta ahora nos satisface puesto que este mal que no ha durado 100 sino 500 años, no puede curarse de la noche a la mañana. Al menos ahora la gente (70%) reconoce que hay racismo y discriminación racial, incluso que ellos mismos han tenido comportamientos racistas».
Aiffil contextualiza estos logros, con la realidad de países como Estados Unidos, que tuvo un presidente de origen afroamericano durnte dos períodos. Señala que Barack Obama llegó a ser la esperanza de la población negra estadounidense «pero paradójicamente arreció en cuanto a represión hacia la población afroestadounidense. Ahora un nuevo presidente montado en un viejo sistema estructuralmente racista, llega frontalmente como vocero de la llamada supremacía blanca».
La socióloga venezolana señala que América Latina ha dado pasos «agigantados»para superar la discriminación y para ella, se evidencia en los procesos que han ocurrido, no solo la elección de Hugo Chávez en Venezuela, sino también de Evo Morales en Bolivia, lo que ha permitido garantizar la inclusión de las mayhorías que fueron excluídas por tantos años
«El panorama es interesante», señala Beatriz Aiffil.