Se libra actualmente a través de portales, con micrófonos, comunicados y entrevistas, pero para que pase a la acción y desemboque una catástrofe en realidad podríamos estar a un paso, como ya se ha advertido con anterioridad.
Esta última semana, desde la denuncia de un supuesto ataque con armamento químico en la ciudad de Duma (Guta Oriental), hasta ahora sin confirmación o pruebas que lo respalden, Estados Unidos ha comenzado a lanzar serias amenazas contra el gobierno sirio y sus aliados, particularmente Rusia.
El presidente Donald Trump ha escrito a través de su cuenta en la red social Twitter que lanzaría un ataque contra Siria, buscando «responder» al presunto ataque, del cual se acusa al gobierno de Bashar al-Assad sin algún tipo de pruebas.
De hecho, por esa misma razón Rusia propuso en el seno del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) adoptar una resolución para investigar lo ocurrido en Duma, aunque Estados Unidos y sus aliados se negaron a asumirla.
«El hecho de que no hayan adoptado esta resolución dice que, desafortunadamente, para mis socios y colegas estadounidenses no se requiere ninguna investigación», lamentó al respecto de esas declaraciones Vasili Nebenzia, representante ruso ante esa instancia.
El presidente Trump no solo ha asumido ya el discurso de guerra contra al-Assad, sino que además lo hace a sabiendas de que la OPAQ (Organización para la Prohibición de Armas Químicas) ni siquiera ha investigado.
Otro de los aspectos graves es que la postura gringa se fundamenta en una acusación esgrimida por uno de los grupos terroristas (a los que occidente en su mayoría califica como «rebeldes») presente en la zona. Es decir, se le da crédito al terrorismo como voz autorizada para bombardear una nación soberana, sin siquiera investigar los hechos.
Incluso, las propias autoridades de la nación árabe extendieron la invitación a la OPAQ para esclarecer los sucesos en la región de Guta Oriental, cuyo control ha sido tomado casi en su totalidad por las fuerzas leales a al-Assad.
Por esto, Rusia, en campaña de apoyo al ejército local contra los extremistas, ha manifestado su defensa férrea al territorio sirio, asegurando que cualquier misil enviado por Estados Unidos contra este, será derribado por el arsenal ruso.
Sin embargo, la postura del gigante euroasiático es de conciliación. «Nuestra posición es muy clara y concreta: no buscamos una escalada, esperamos que nuestros socios tengan suficiente prudencia para volver al ámbito jurídico y resolver conjuntamente los problemas», dijo la vocera de exteriores, Maria Zajárova.
Esto a pesar de que una de las amenazas de Trump iba dirigida directamente contra ellos. «¡Prepárate, Rusia, estarán llegando, bonitos, nuevos e inteligentes! ¡No deberías ser socia del Animal Asesino del Gas que mata a su gente y disfruta!», escribió también mediante la red social.
Con todo, Zajárova mantiene la voz de paz frente a los constantes ataques norteamericanos: «Occidente lo hizo todo para crear la sensación de una guerra próxima en relación con la situación en Siria».
Su evaluación sobre la amenaza de los misiles apunta a un intento de borrar las posibles pruebas que se investigarán para determinar la realidad o no del ataque y, sobre todo, sus ejecutores.
«¿Han avisado a los inspectores de la OPAQ que ahora los misiles inteligentes destruirán todas las pruebas del uso de armas químicas sobre el terreno? ¿O acaso es el plan para borrar rápidamente las huellas de la provocación con los ataques de misiles inteligentes para que a los inspectores internacionales no les quede nada que buscar como pruebas?», se preguntó.
Presidencia rusa: «No participamos en la diplomacia de Twitter»
Por otra parte, Dmitri Peskov, portavoz de la presidencia de la Federación Rusa, ha desestimado las declaraciones de Trump, al asegurar que Moscú no participa «en la diplomacia de Twitter».
«Somos partidarios de enfoques serios. Continuamos creyendo que es importante no tomar medidas que puedan dañar una situación que ya de por sí es frágil», agregó Peskov al referirse al conflicto sirio, citado por Ria Novosti.
Finalmente, Siria insiste en que se trata de una estrategia para desmejorar la imagen de su ejército e impedir sus avances finales en una zona que ya han liberado en un 90% de las fuerzas terroristas que durante más de siete años le hacen la guerra al pueblo de esa nación árabe.
EEUU: «No tenemos pruebas»
“Creo que se produjo un ataque químico, pero aún estamos buscando las pruebas”, aseguró el Secretario de Defensa del país norteamericano, James Mattis, admitiendo de manera directa que no tienen cómo demostrar sus acusaciones; y de forma indirecta que las palabras del presidente representan una provocación flagrante contra los mandatarios de Siria y Rusia.
Durante una comparecencia ante el comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes, no obstante, argumentó tener la esperanza de que al-Assad «autorice» una investigación por parte de la OPAQ, dando a entender que este se estaría negando a algo que él mismo solicitó ni bien salieron las primeras acusaciones contra su gobierno.
JI