A 39 asciende este miércoles la cifra de fallecidos por el colapso del puente Morandi en Génova, Italia, mientras se agota la esperanza de hallar sobrevivientes en medio del siniestro.
En la nación europea crece la polémica por la tragedia, a la que muchos consideran que hubiera podido ser evitada. El jefe de gobierno italiano, Giuseppe Conte, ha prometido mano dura ante una “tragedia inaceptable”.

Desde el Gobierno se responsabiliza a la empresa Autoestrade, concesionaria de la autopista en la que se produjo el derrumbe, de haber aplazado los controles y la manutención del siniestrado viaducto.

Sin embargo, la empresa propiedad de la familia Benetton ha expresado en un comunicado que se realizaban obras de consolidación en la base del puente, con permanente «observación y vigilancia”.
Sobre el puente Morandi existen controversias ya que, desde su construcción en las década de 1960, la infraestructura ha estado sometida a varias tareas de remodelación a causa de grietas y degradación del hormigón.

Este “puente enfermo”, como se le ha llamado, cuenta con un homólogo de características muy similares en Suramérica. Se trata del puente General Rafael Urdaneta sobre el Lago de Maracaibo, en el occidente de Venezuela, inaugurado en 1962 y cuyo diseño también es obra de Riccardo Morandi.

Un segmento del puente venezolano también se derrumbó en 1964, a dos años de la inauguración de la vía, tras el choque de un carguero petrolero que navegaba por el canal del Lago de Maracaibo. Actualmente se encuentra en pie y es la única vía terrestre que comunica las costas oriental y occidental del mar interior ubicado en el estado Zulia.
MFD
Lea más: