La participación de Corea del Norte y Corea del Sur en los Juegos Olímpicos de Invierno de Pyeongchang ha tenido un tono amistoso de parte de los dos países. Pero luego de que finalice la cita invernal, ¿cómo continuarán esas relaciones?

El Sur tiene opiniones divididas. Algunos quieren diálogo, mientras los conservadores temen la conciliación. Existe un miedo, pues las cumbres previas, en 2000 y 2007, no ayudaron realmente.
Un duro trabajo caracterizado por una profunda desconfianza y los microdetalles. Eso es lo que probablemente viene, con el regreso a las conversaciones similares a las que tuvieron lugar en el pasado.
EE.UU. en el medio
Cada año, Estados Unidos y Corea del Sur realizan sus ejercicios militares conjuntos, a los que el Norte responde normalmente con retórica sobre hacer frente a sus enemigos.
Algunos conservadores de la derecha surcoreana ya están preocupados por el «desespero» del presidente Moon por llegar a un acuerdo, argumentando desde hace tiempo que «las conversaciones son la manera de mejorar las relaciones con el Norte».

Esto sería una acción que afectaría profundamente a Estados Unidos, particularmente dada la línea dura adoptada por el gobierno de Washington con Norcorea.
Finalmente, la administración Trump tiene muchísimos intereses económicos en Corea del Sur, y un posible acuerdo entre ambas naciones asiáticas atenta contra los contratos y concesiones de millones de dólares que poseen los norteamericanos con Seúl.
DC