«La injerencia de EEUU lo que hace es estimular la actuación de estos grupos violentos; Estados Unidos ha sido el promotor de la violencia en el mundo, como lo que está sufriendo Siria, lo que pasó en Irak y en Libia», sostuvo el embajador de Venezuela ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), Rafael Ramírez.
«La comunidad internacional debe saber que Venezuela resolverá sus problemas internos en el marco de sus leyes y su Constitución, no aceptamos injerencias ni tutelajes», sostuvo Rafael Ramírez.
«Estamos preocupados porque EEUU intenta traer temas bilaterales con nuestro país a instancias multilaterales, así lo ha hecho en la Organización de Naciones Unidas (ONU) y recientemente en la Organización de Estados Americanos (OEA)», dijo el diplomático durante su intervención en la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU.
A su juicio, se trata de una una estrategia deliberada. «La violencia en nuestro país se ha desatado precisamente desde la reunión de la OEA el 3 de abril y a causa de las acciones de Luis Almagro (secretario general de la OEA), que ha llevado a espacios de la OEA a los representantes más violentos de la oposición», sostuvo Ramírez.
Aclaró que su país enfrenta una situación violenta de una minoría y ratificó claramente que las fuerzas de seguridad del territorio nacional no usan armas letales durante manifestaciones, «eso está prohibido».
Por su parte, la representante de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, aseguró que su intención al llevar la crisis en Venezuela al Consejo de Seguridad de la ONU era llamar la atención sobre la situación en el país, pero dijo que no busca ninguna acción por parte de Naciones Unidas.
«No estamos buscando una acción del Consejo de Seguridad, lo que buscábamos era que el Consejo de Seguridad viese exactamente cuál es la situación», explicó al término de una reunión a puerta cerrada sobre Venezuela.
Haley, que solicitó la celebración del encuentro, aseguró que su país no quiere ser «entrometido» ni buscar la «mano dura» con Venezuela, sino prevenir un empeoramiento de la crisis.
«No estamos a favor de la oposición, no estamos a favor del Presidente (Nicolás) Maduro. Estamos con el pueblo venezolano», contradiciéndose al opinar respecto a la democracia del país suramericano, pues aseguró que en la nación donde se han celebrado más de 20 procesos electorales en las dos últimas décadas con reconocimiento internacional se necesitan unas «elecciones libres y justas».
También se refirió la liberación «de todos los presos políticos», los mismos que han sido juzgados por cometer actos de traición a la patria causando incluso la muerte de 43 venezolanos y centenares de heridos en 2014, al tiempo que pidió que se «respete la Constitución y se permita a la Asamblea Nacional continuar», siendo la convocatoria al proceso constituyente un llamado a todos los sectores políticos y movimientos sociales a participar en una carta magna adecuada a la actual conyuntura y conflicto del país suramericano.
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