Para una parte de la población venezolana no hay otro tema de discusión actual que no sea la salida de circulación del billete de 100 bolívares, decisión tomada recientemente por el gobierno del presidente Nicolás Maduro que ha generado diversas reacciones.
Si bien supone una molestia “necesaria”, como ha argumentado el gobierno y que ha pedido disculpas ante las molestias, esto representa una situación de intranquilidad para quienes no ven más allá de las razones de peso para tomar una medida tan drástica.
Luis Salas y Damiano Del Vescovo, dos figuras diametralmente opuestas en el espectro político-económico, y entrevistados en exclusiva para VT, coinciden en que existen razones suficientes para llevar a cabo esta medida y que ciertamente una buena parte del circulante en billetes de 100 ha parado en grupos que operan del otro lado de la frontera venezolana.
Pese a que Del Vescovo enfatizó que no cree que las “mafias” estén sacando dinero de Venezuela, sí reconoce que al menos dos mil millones de bolívares en billetes de cien están en manos de comerciantes radicados en Cúcuta.

“Yo personalmente no creo en el tema de las mafias; sí tiene que ver (la extracción del circulante), por supuesto que hay dinero fuera (del país). Por ejemplo, a Cúcuta fueron alrededor de 3 millones 250 mil personas y allí los comerciantes de Cúcuta tienen casi alrededor de dos mil millones de bolívares en billetes de cien porque la gente iba con esos billetes a comprar”, expone Del Vescovo, quien es presidente de Fedecamaras Carabobo.
No obstante, este economista reconoce que los billetes de 100 estaban “desaparecidos” y ante tal situación “había que tomar unas medidas y el gobierno decidió hacerlo de esa manera, anunciar en corto tiempo el tema de las medidas”, y que ello está generando un fuerte impacto en dólar paralelo «pero solo de forma temporal».
Del mismo modo, Luis Salas, ex ministro de Economía Productiva del gobierno de Maduro, considera que el Presidente de Venezuela pudiese tener información privilegiada que lo llevó a tomar esta decisión, por lo que visualiza la medida como un gesto de protección a la seguridad y soberanía nacional y no sólo como una acción ante un problema económico o monetario.
“Para nadie es un secreto que el billete de cien viene siendo objeto de contrabando en la frontera colombiana, inclusive en otras fronteras, y eso crea perturbaciones en la economía nacional. No es que ahora se crean perturbaciones, esas perturbaciones ya existen (antes de la medida). Frente a eso, el gobierno toma una medida que reconoce que puede generar malestar en la población dada la fecha y lo que implica sacar de circulación el billete de mayor uso entre los venezolanos. Pero como el gobierno ha considerado que es inaplazable (la medida), debe tener razones para considerar eso”, explica.

Salas recuerda que el problema de falta de efectivo circulante se vivió en un primer momento solo cerca de la frontera, que luego se extendió a escala nacional, evidenciado por la dificultad de obtener efectivo a través de cajeros automáticos, incluso por taquillas bancarias donde también se establecieron límites bajos de retiro debido al mismo problema.
“Creo que hay una relación muy clara entre los intereses económicos y los intereses políticos, porque existe como la necesidad de generar malestar y de crear caos comercial. Se calcula que más o menos el 40% de los billetes de 100 se sacaron del país por medio de esa vía (la frontera)”, señala Salas, quien agrega que el problema se agrava cuando el 80 % de los billetes usados en el país eran los de 100 bolívares.
¿Y ahora qué?
Ambos entrevistados coinciden también en que el nuevo cono monetario era una medida necesaria. Salas la considera un poco “tardía” porque ya no había correspondencia entre el proceso de inflación y los billetes del Bolívar Fuerte. Del Vescovo traduce esta acción como un reconocimiento por parte del gobierno sobre el proceso de inflación, ya que el circulante se hizo insuficiente para la demanda actual de la población.
En ese sentido, el industrial considera la inflación como el principal problema a atacar en el tema económico y que se debe hacer aplicando el recetario del Fondo Monetario Internacional (FMI): disciplina fiscal o “apretarse los pantalones”, en palabras de Del Vescovo, para generar un clima de confianza en los inversores que reactivarían el aparato productivo.
Aunado a esto, el economista asevera que el clima político es clave. “Tiene que haber un acuerdo superior a lo que es el tema político de ganar elecciones o no, es un tema de ver cómo nosotros vamos juntos a salir de este problema”, recalca Damiano Del Vescovo.
Por otra parte, Salas cree necesario tomar medidas contundentes en vista a la inacción del gobierno colombiano para atacar situaciones que generan malestar y problemas a Venezuela, ante lo cual la administración del presidente Juan Manuel Santos presenta “una recurrente política de lavarse las manos”.

“El gobierno venezolano le ha pedido al gobierno colombiano que derogue la Resolución N° 8. Yo en particular no creo que lo haga, no está interesado en hacerlo, lo que hace es darle largas al asunto. En ese caso, yo creo que además de comprometer (al gobierno de Santos) a tomar otras medidas, que tiene que ver con reforzar el tema de la seguridad en la frontera y todas esas cosas, creo que Venezuela debería prohibir la libre convertibilidad de pesos y bolívares”.
Eso significa, explica el sociólogo, derogar el convenio que existe entre el Banco Central de Venezuela y el Banco Central de Colombia para detener lo que ocurre en Cúcuta. En caso de materializar esta propuesta, quien tenga pesos tendrá que cambiarlos a dólares y estando en Venezuela, comprar bolívares con esos dólares, lo cual generaría un ingreso extra de divisas al país.
El ex ministro justificó esta medida ante la falta de voluntad por parte del gobierno colombiano en tomar medidas bilaterales que beneficien a ambos países y puso como ejemplo la deportación de numerosos venezolanos por cometer prácticas ilegales en territorio colombiano.

“Si nosotros consideramos que las prácticas ilegales o parailegales que se están generando desde Colombia afectan nuestra economía, como el contrabando de billetes, de combustibles o de bienes y servicios, el gobierno venezolano y el país está en todo su derecho de actuar, de exigir al gobierno colombiano que haga tal o cual cosa; si no hacen nada, el gobierno venezolano tiene que tomar medidas unilateralmente”, concluyó Salas.
JA