A 146 años de la abolición de la esclavitud en Puerto Rico, aun sigue siendo una colonia estadounidense con una severa crisis que ni el Gobierno ni las empresas de comunicación voltean a mirar.
Puerto Rico padece aún las consecuencias del devastador huracán María, tragedia tras la que fue abandonado por su Gobierno y su alcalde, que están muy alejados de su pueblo.
Sin mucho que celebrar, ya que aún les niegan la posibilidad de ser auténticamente libres, los boricuas añoran días mejores.
En 1873 se firmó la libertad para los esclavos, aunque no fue una libertad absoluta. La ley estipulaba que los «libertos» quedaron obligados por contratos a trabajar con sus poseedores por un tiempo no menor de tres años, durante el cual tres funcionarios especiales del gobierno servirían con el nombre de «protectores de los libertos».
Aún hoy por hoy los boricuas piden una educación gratuita y de calidad, derecho a la salud, al agua potable, a la energía eléctrica, a la libertad, a la dignidad de su pueblo y su isla; por lo que aún no son auténticamente libres.
XC