InicioDestacadaPresidente Trump: a partir de hoy se acaba la carnicería

Presidente Trump: a partir de hoy se acaba la carnicería

Una línea populista, nacionalista, proteccionista y esperanzador caracterizó el discurso del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien fue investido este viernes como el 45° Jefe de Estado del país norteamericano.

Sin salirse de las premisas que caracterizaron su campaña electoral, Trump emitió un discurso breve pero nutrido, que duró unos 20 minutos aproximadamente, en el que realizó una férrea crítica a los políticos de su país, además de trasmitir esperanza sobre la prosperidad que generará su gobierno para la clase media y la clase trabajadora del país.

También se centró en la importancia de unir al país para fortalecerlo y hacerlo rico de nuevo. Sus palabras enfatizaron la nueva era que empieza con su mandato, ya que será el pueblo quien ahora «controle al gobierno».

«La ceremonia de hoy tiene significado especial porque no solo se trata de la transferencia pacífica del poder, ni de transferir el poder de una administración a otra, ni de un partido a otro, sino que estamos transfiriendo el poder de Washington y lo estamos dando de nuevo a ustedes, el pueblo», aseguró Trump.

Más adelante señaló que «el 20 de enero de 2017 será recordado como el día que el pueblo regresó al poder, que volvió a gobernar de nuevo. Los hombres y mujeres olvidados en nuestro país, no volverán a ser olvidados».

Mientras su predecesor, el presidente Barack Obama escuchaba, Trump dirigió unas fuertes palabras contra los administraciones que lo preceden y contra las castas políticas tradicionales que gobernaron el país anteriormente, una práctica poco común en este tipo de actos donde el protocolo demanda un comportamiento «políticamente correcto».

«Por mucho tiempo, un pequeño grupo de personas en nuestra capital ha cosechado las recompensas  de nuestro gobierno mientras el pueblo ha sufrido los costos. Washington floreció pero al pueblo no le fue compartida esa riqueza. Los políticos se enriquecieron pero los trabajos emigraron, y las fábricas cerraron. El stablishment se protegió a sí mismo pero no a los ciudadanos de nuestro país. Sus victorias (la de los políticos) no han sido las victorias de ustedes (el pueblo); y mientras ellos celebraban en la capital, poco había que celebrar para familias que luchaban a lo largo de nuestro territorio», criticó el presidente Trump.

A esa forma de hacer política la llamó «carnicería» por la pobreza que agobia a «madres y sus hijos», los estudiantes endeudados que «no pueden obtener conocimientos»; por las «fábricas abandonadas que están esparcidas como lápidas a lo largo del horizonte de la nación», así como el crimen, el narcotráfico y las pandillas que han acabado con millones de vidas. «Esta carnicería termina justo aquí y ahora».

En su discurso, el nuevo Jefe de Estado volvió a mostrar la visión proteccionista de su planteamiento con respecto a la economía. Volvió a criticar fuertemente a las empresas que dejaron el país para generar mayores fortunas en el extranjero y a los políticos que lo permitieron al desregularizar el mercado laboral.

«Durante muchos años enriquecimos a empresas extranjeras a costa de la empresa estadounidense. Subsidiamos los ejércitos de otras naciones mientras permitimos el triste agotamiento de nuestro ejército. Defendimos las fronteras de otros países mientras nos negamos a defender las nuestras. Gastamos trillones y trillones de dólares en el extranjero mientras la infraestructura del país decayó en un estado irreparable y de abandono. Hemos hecho ricos a otros países mientras que la riqueza, fuerza y confianza de nuestro país se ha disipado en el horizonte».

Prometió que cada decisión tomada sobre comercio, impuestos, inmigración y asuntos extranjeros, serán para beneficio de los trabajadores y las familias estadounidenses.

«Esta protección llevará a gran prosperidad y fuerza. (…) Regresaremos nuestros trabajos, nuestras fronteras, nuestra riqueza y nuestros sueños. Construiremos nuevas carreteras, autopistas, aeropuertos, túneles, puentes, vías férreas, a lo largo de nuestra magnífica nación», señaló Trump, quien aseguró que la clave será seguir dos reglas sencillas: por estadounidenses y mejores estadounidenses.

El presidente republicano dejó entrever su política exterior de no cerrarse a nuevas alianzas internacionales y pareciera renunciar al Destino Manifiesto característico de la mentalidad política tradicional estadounidense de autoungirse como líder y protector del mundo. En cambio, Trump señala que la prioridad es Estados Unidos y que sus socios en el mundo deben velar por sus asuntos por su propia cuenta. No obstante, hizo hincapie en la necesidad de una cruzada mundial para erradicar el terrorismo mundial.

«Buscaremos buenas relaciones y amistad con las naciones del mundo pero con el entendimiento de que es el derecho de toda nación poner sus intereses primero. No pretendemos imponer nuestro estilo de vida sino dejarla brillar para ser un ejemplo. Fortaleceremos las viejas alianzas y crearemos nuevas, uniremos al mundo civilizado y lucharemos contra el terrorismo islamista fundamentalista que erradicaremos por completo de la faz de la tierra».

Añadió que «estamos ante el nacimiento de un nuevo milenio, listos para abrir los misterios del espacio, liberar al mundo de las miserias de las enfermedades y aprovechar las industrias de energía y las tecnologías del mañana».

A lo largo de sus palabras, no hizo referencia explícita al tema de la xenofobia que caracterizó y complicó su campaña electoral. De hecho, habló de no caer en prejuicios y abrir los corazones al amor y a la solidaridad, de unirse y erradicar las divisiones para trabajar por el país.

«Un nuevo orgullo nacional habitará nuestras almas, levantará nuestras vistas y curará nuestras divisiones. Es momento de recordar a nuestros sabios militares: no importa si eres negro, marrón o blanco, todos sangramos la misma sangre roja patriótica. Todos disfrutamos las gloriosas libertades de nuestra nación».

Por último, el nuevo presidente cerró con un mensaje esperanzador dirigido al pueblo estadounidense, especialmente para aquellos que votaron por él.

«Escuchen estas palabras: Nunca serán ignorados de nuevo. Sus voces, sueños y esperanzas definirán nuestro destino y nos guiarán a lo largo del camino. Juntos haremos EE.UU. fuerte de nuevo, rica, orgullosa, segura, y sí haremos a EE.UU. grande de nuevo. Dios bendiga a EE.UU.».

JA

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