Portland, último epicentro de las manifestaciones antirraciales en EE.UU. continúa bajo la represiónde #DonaldTrump y sus policías federales, lo que no ha impedido que sus manifestantes, militantes del #BlackLivesMatter (Las vidas de los negros importan), persistan en las calles, al grito de “Sin justicia, no hay paz” y repitiendo los nombres de Breonna Taylor, George Floyd y otros muertos por la policía.

La mayor ciudad de Oregón, en el oeste de Estados Unidos, vio recrudecer las acciones de protesta, que ya venían en detrimento, con la llegada de los agentes del huésped de la Casa Blanca.
Trump envió a los federales con la excusa de resguardar la vandalizada corte federal; pero ahora está bajo custodia de la policía de Oregón tras un acuerdo con la gobernadora Kate Brown. No obstante, el supremacista dijo que permanecerán hasta que termine lo que define como una “limpieza de anarquistas y agitadores”.
Palabras contraproducentes
Justo estas declaraciones han detonado la insistencia de los manifestantes en no abandonar las calles; las protestas no comenzaron por la «intervención» sino por el racismo y la brutalidad policial; lo que, aseguran, ha caracterizado durante años a la policía del estado.
“Viendo la energía, el movimiento no se detendrá hasta que haya un cambio definitivo”, aseguró a agencias Sierra Boyne, una chica negra de 19 años que enfatiza en que “las personas están realmente comprometidas con el cambio… no creo que esto vaya a parar pronto, que vaya perder impulso».
Los cambios demandados en Portland
No obstante, los federales dispersan las concentraciones a punta de gases, bombas de ruido y balas de goma, mientras los manifestantes resisten con paraguas abiertos, improvisados escudos caseros y hasta sopladores mecánicos, de los que normalmente se usan para limpiar las hojas de los árboles, para desviar el espeso humo.

Insisten en que seguirán en las calles hasta que se produzca un cambio: el desfinanciamiento de la policía y que se distribuya más riqueza entre las comunidades pobres, así como la renuncia del alcalde demócrata Ted Wheeler, a quien responsabilizan por la brutalidad policial más reciente.
FF/VTactual.com
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