Palestina ha decidido «congelar los contactos con el Estado ocupante en todos los niveles hasta que Israel no cancele sus medidas dirigidas contra el pueblo palestino en su conjunto”, anunció su presidente, Mahmud Abbas, este sábado 22 de julio.
Igualmente, afirmó que la medida se mantendrá mientras el Estado sionista de Israel mantenga medidas contra la ciudad de Jerusalén, y en particular contra la mezquita de Al Aqsa, ubicada en la misma localidad.
Anteriormente, el gobierno isreaelí había decidido emprender un férreo control policial en la Explanada de las Mezquitas, sitio al que acuden musulmanes residentes en Israel, así como los propios palestinos, para realizar oraciones.
Entre las medidas, se encuentra el uso de puertas con detección de metales, además de la prohibición del ingreso a los palestinos menores de 50 años.
La explicación de Tel Aviv para tales acciones reside en un atentado efectuado por tres extremistas identificados como árabes israelíes, que asesinaron a dos oficiales de la Policía de Jerusalén en días pasados. Estos utilizaron como refugio el santuario.
La presencia de los detectores ha generado rechazo en los fieles, que además de negarse a acudir bajo esas condiciones al templo, han organizado oraciones masivas en las calles del casco antiguo, que han devenido en enfrentamientos con los cuerpos de seguridad israelíes.
La administración de Netanyahu ha negado estar aprovechado el atentado de hace unos días para aumentar su control sobre el territorio sagrado, no solo para los musulmanes sino dentro del propio judaísmo.
JI