Este viernes, dirigentes de la Mesa de la Unidad Democrática habían convocado la «Toma de Caracas», evento que consistía en «una gran movilización» hacia la capital del país en repudio a las elecciones de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), a celebrarse el próximo domingo 30 de julio.
En menos de dos días, el dirigente de Voluntad Popular (VP), Freddy Guevara, cambió de seña como reacción -en un primer momento- al anuncio del Ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Néstor Reverol, sobre el despliegue del Plan República, como es normal ante cualquier evento comicial. En ese momento, Guevara anunció, vía Twitter, que ahora se celebraría «la Toma de Venezuela», en franca provocación.
Sin embargo, horas después, Guevara anunció que la convocatoria cambiaba entonces para un «trancazo» en cada calle, y tras recibir el repudio de sus propios seguidores, volvieron a llamar a la oposición a una «gran toma del país».
Órdenes, contraórdenes, el gran enredo de los dirigentes de la oposición ya no se puede ocultar más.
Lo cierto es que las calles del país permanecen vacías, la convocatoria que estaba prevista para las 12 del mediodía de este viernes no ha tenido respuesta ciudadana y siendo el final de la tarde no hay fotos sobre «la gran toma» en los emblemáticos medios opositores.
Cabe destacar que el llamado del dirigente de la ultraderecha, Freddy Guevara, era a «llenar las calles de todo el país». Algunos medios reconocen que la gente muy molesta con sus dirigentes no estuvo desplegada ni siquiera en las avenidas de los sectores donde suelen haber guarimbas al este de la capital ni en la urbanizaciones más acomodadas de algunas ciudades en el interior.
Inclusive durante el denominado «trancazo» de este viernes el dirigente de derecha del partido Voluntad Popular, Sergio Contreras, insultó y casi se fue a los golpes contra sus propios “guarimberos”, al verse víctima de la tranca que convocó y no poder pasar por la vía que deseaba transitar.
Lo cierto es que la improvisación, la descordinación y la falta de seriedad a la hora de hacer política -por parte de los dirigentes opositores en Venezuela- ha llevado al descontento, a la frustración y a la molestia a la gran mayoría de los seguidores antichavistas.
La prueba de ello puede verse y medirse en las calles este viernes 29 de julio.