En el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se tomó la resolución de sancionar nuevamente a la República Popular Democrática de Corea, lo que ha despertado una nueva reacción de Pyongnyang.
Sus próximas acciones “infligirán a Estados Unidos el mayor dolor que jamás hayan conocido en su historia», aseguró desde Ginebra, Suiza, el embajador norcoreano en la conferencia de desarme, Han Tae-song.
Para el diplomático, estas nuevas medidas contra su nación demuestran que la intención del país norteamericano es la de borrar del mapa cualquier vestigio ideológico, político y social del sistema que ha creado Corea del Norte.
Las sanciones son una forma de presionar al país asiático para que negocie frenar su carrera balística y que cese el desarrollo nuclear que lleva delante de manera defensiva ante posibles ataques contra su territorio soberano.
La prohibición de exportación de textiles y el bloqueo energético son los pilares de esta nueva resolución contra Pyongyang. También se prohíbe el suministro de petróleo y gas, así como el impedimento de venderle a dicho Estado más de medio millón de barriles de productos petroleros refinados por tres meses, que comenzarán a correr desde el venidero 1ero de octubre.
JI
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