No hay final a la vista para el incendio bautizado por la mediática local como «Carr, el extremadamente peligroso” que está asolando el condado de Shasta, en el norte de California y que se ha cobrado ya la vida de cinco personas.
Las autoridades están alarmadas ante todo por la velocidad de las llamas, las altas temperaturas que pueden rozar los 38 grados y una vegetación que los expertos definen de “explosivamente seca”.
El fuego ha obligado a evacuar a 38 mil personas y ha llevado al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a declarar el estado de emergencia para la zona.
Hay 13 desaparecidos, aunque las autoridades creen que al menos algunos pueden estar en los refugios habilitados en la zona.

Increíblemente, el fuego se inició hace una semana aparentemente provocado por un fallo mecánico de un automóvil. Ahora, su potencia ha sido tal que ha llegado a crear una especie de microclima -con algo similar a tornados de fuego, cenizas y gas- y el humo es visible desde el espacio.
No es un dato menor que los incendios forestales se han convertido en una constante en Estados Unidos y mientras en las décadas anteriores solían concentrarse en los meses de verano, ahora se producen todo el año.
Desde 2012 no ha habido ni un mes sin un incendio en el país.

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