En su último día en el cargo, el comisario general de la policía israelí, Roni Alsheich, hizo pública su recomendación de acusar al primer ministro Benjamín Netanyahu por fraude y soborno en un tercer escándalo de corrupción que salpica al Jefe de Gobierno.
En el llamado Caso 4.000, Netanyahu ha sido investigado durante tres años por presuntos favores gubernamentales que reportaron un beneficio fiscal en torno a los 250 millones de euros al gigante de las telecomunicaciones Bezeq.

A cambio, la compañía puso al servicio de los intereses de Netanyahu el popular portal informativo Walla. Su esposa, Sara, y el principal accionista de Bezeq, Shaul Elovitch, también figuran en la amplia lista de cargos presentada por la brigada antifraude.
Policía israelí tiene indicios suficientes
En un comunicado conjunto, la policía anticorrupción y el órgano israelí equivalente a la Comisión Nacional del Mercado de Valores aseguran contar con indicios suficientes de que entre 2012 y 2017 “Netanyahu y su entorno más cercano intervinieron notoriamente y de forma regular en la redacción de los contenidos de la web Walla, al tiempo que influyeron en la designación de redactores y editores”
Su objetivo era que se publicaran “artículos y fotos halagadores y suprimir el contenido crítico contra el primer ministro y su familia”, remacha el comunicado, citado por agencias.
Netanyahu se desenvolvió como ministro de Comunicaciones entre 2015 y 2017, por lo que era el máximo responsable político del marco regulatorio al que estaba sometido Bezeq, grupo empresarial que integra telefonía fija, servicio de Internet, móviles, medios de comunicación y una plataforma de canales de pago.
El primer ministro israelí rechazó abiertamente las nuevas acusaciones, que en su opinión terminaron “filtradas incluso antes de que comenzaran las investigaciones”.
FF