La reforma laboral anunciada por el gobierno de Emmanuel Macron ha desatado este viernes reacciones de diferentes grupos de la sociedad francesa, por un lado el apoyo del empresariado y por el otro el rechazo de los sindicatos de trabajadores.
El primer ministro, Edouard Philippe, y la ministra de Trabajo, Muriel Penicaud, dieron a conocer el pasado jueves la versión final de la nueva ley, que será aprobada por decreto presidencial, sin antes ser sometida a consulta en la Asamblea Nacional.
Según el primer ministro francés esta reforma permitirá relanzar la economía del país y minimizar el desempleo, actualmente en 10 por ciento, pues, a su juicio, cambia un sistema de derecho del trabajo muy complejo que beneficia el empleo, porque «frena la contratación y la inversión».
Philippe aseguró que el nuevo Código comprende «una reforma ambiciosa, equilibrada y justa», encaminada a «simplificar el funcionamiento de las empresas y al mismo tiempo a garantizar las conquistas sociales».
Por su parte, los representantes sindicales manifestaron no estar de acuerdo con el nuevo Código, ya que este solo vulnera los derechos de los trabajadores y anunciaron una gran movilización para el 12 de septiembre.
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