A finales del verano en el año 2015, cuando miles de refugiados llegaban a las costas europeas y se dirigían hacia el norte para encontrar un nuevo hogar, la canciller alemana Angela Merkel, que ya estuvo en el poder durante una década, tomó dos decisiones.
La primera fue el 25 de agosto de 2015, cuando Merkel decidió permitir que los refugiados sirios, que ya se habían registrado en otra parte de la Unión Europea, entraran a Alemania y se registraran allí, suspendiendo transitoriamente una ley de la Unión Europea (UE) que exige que los solicitantes de asilo sean devueltos al primer país que ingresaron.
La segunda, la tomó el 4 de septiembre del mismo año, cuando Merkel relajó los controles en la frontera con Austria, permitiendo que decenas de miles de refugiados varados en Hungría ingresaran a Alemania.
Desde entonces, la llamada política de refugiados de puertas abiertas de Merkel ha sido aclamada como el esquema de un enfoque liberal y compasivo de la migración. Verdaderamente, los sucesos del 2015 marcan una señal en la historia de Alemania, ya que escasamente un país europeo había enfrentado una afluencia tan rápida de personas en tiempos de paz.
Como resultado de esos eventos, Alemania recibió más solicitudes de asilo que cualquier otro país de la UE desde 2015, más de 1,4 millones de personas, mucho más que cualquier otro estado miembro.
Sin embargo, para aquellos que buscan asilo en Alemania en 2018, la puerta está muy lejos de estar abierta. Y para muchos de los que ya están adentro, es cada vez más difícil la vida.
Un acuerdo alcanzado entre Merkel y su rebelde ministro del Interior, Horst Seehofer, podría hacer que algunos solicitantes de asilo sean enviados a cruzar la frontera con Austria, una clara señal del enfoque más duro de la Canciller.
Merkel explicó que dicho acuerdo es el resultado de las negociaciones entre su partido, la Unión Cristiano Demócrata (CDU), y la Unión Social Cristiana CSU.
Por su parte, la secretaria general de la CDU, Annegret Kramp-Karrenbauer, especificó que el acuerdo prevé que cualquier inmigrante que pretenda entrar en Alemania sea rechazado en la frontera si previamente se ha registrado en otro país.
MT