El senador estadounidense Marco Rubio acaparó la atención de los medios recientemente al exigirle a los gobiernos de República Dominicana, El Salvador y Haití votar en contra de Venezuela en la reunión extraordinaria de la OEA del martes, a cambio de seguir percibiendo el apoyo financiero de programas asistenciales de EE.UU.
El vil chantaje en nombre de la “democracia” no llegó a surtir el efecto deseado. Los tres países hicieron valer su posición soberana y condenaron las pretensiones de la derecha del continente contra Venezuela, por lo que Marco Rubio junto a su lobby conservador, fueron derrotados una vez más.
Como buen pupilo de la recalcitrante ultraderechista Ileana Ros-Lehtinen, Rubio es uno de los personajes más histéricos del lobby antichavista, y ha dirigido su accionar continuamente a agredir al gobierno del país sudamericano. Se trata pues de un personaje perteneciente a los sectores más conservadores y retrógrados de la política yanqui.
A mediados de febrero de 2017, Rubio le hizo lobby a Lilian Tintori, esposa del político preso Leopoldo López, para “reunirse” con Trump. Lo más relevante de la reunión fue una foto que se tomaron los tres para ponerla a rodar por las redes sociales.

Fuentes cercanas revelaron que Trump estaba ocupado en una reunión más importante y se ausentó solo unos minutos para tomarse la foto de rigor con Tintori y sugerir por Twitter liberar a López, desconociendo su papel en la muerte de 43 venezolanos en los actos terroristas de la oposición venezolana en 2014, llamados coloquialmente guarimbas.
Rubio representa las esperadas contradicciones de la derecha latinoamericana sentenciada a servir a intereses imperiales, al invocar el respeto a la democracia mediante órdenes, amenazas y atropellos. Del mismo modo, se adhiere a las posiciones más tradicionalistas de la sociedad pero siempre intentando captar nuevos votos con posiciones “progre”, o a través de “medias mentiras” como las que mencionaremos a continuación.
A finales de junio de 2016, la Comisionada de la ciudad de Orlando, Patty Sheehan, criticó duramente a dirigentes del partido Republicano, entre ellos a Marco Rubio, por sus posturas de rechazo e intolerancia a las demandas de equidad de la comunidad LGBT, luego de que los políticos trataran de congraciarse con las víctimas de un atentado que dejó 50 muertos en un club gay en Orlando, Florida.
Sheehan cuestionó al senador por votar en el Congreso contra leyes más fuertes para la venta de armas. Señaló además, que entre las víctimas fatales había miembros de la oficina de Rubio, y ni siquiera así el político hizo lo correcto, no solo con respecto a las armas, si no a favor de los derechos de la comunidad LGBT.
Pese a identificarse siempre como un hombre conservador, un libro biográfico de Rubio alienta la posibilidad de que sean ciertos algunos cuestionamientos que sectores homofóbicos y conservadores han hecho en su contra, sobre cierto «pasado homosexual».
El joven rubio se divirtió mucho, afirma en su libro, asistiendo en varias oportunidades a varios club gays en Miami donde habían fiestas de espuma. Pese a que el senador ha insistido en ser un «verdadero cristiano» y «practicante de las buenas costumbres», la controversia sobre este tema nunca ha sido totalmente alejado de su vida, afirma el portal Infowars, no por su orientación sexual, sino por la doble moral que ello implicaría.

Otra artimaña de Rubio para ganarse a los votantes cubanos de La Florida, ha sido mostrarse como hijo de cubanos exiliados, «forzados» a dejar su país por la Revolución socialista. No obstante, un reportaje del Washington Post desmintió esa historia, al revelar documentos que demuestran que el padre y la madre del senador llegaron a EE.UU. en 1956, casi tres años antes de que triunfara la Revolución. De hecho, Castro y los guerrilleros ni siquiera habían partido de México hacia la isla a emprender su heroica gesta. Los padres de Rubio realmente emigraron al país norteño por la pobreza que sufrían en la Cuba del dictador Fulgencio Batista.
Para colmo de males, diversas voces latinas han criticado la postura de Rubio sobre la política inmigratoria yanqui, al mostrarse a favor de las deportaciones, prohibiciones y criminalización de los latinos que buscan el mal llamado “Sueño Americano”.
El senador, luego de descalificar una y otra vez a Trump durante la campaña electoral para la presidencia, dio su aprobación al muro en la frontera con México luego de renunciar a su candidatura. Pese a ser hijo de inmigrantes, Rubio también ha apoyado fuertes políticas antiinmigración. Ante ello el periodista de Univisión Jorge Ramos, lanzó duras críticas contra Rubio y el senador Ted Cruz, al asegurar que “no hay mayor deslealtad con los suyos que cuando los hijos de inmigrantes son malagradecidos y olvidan su origen. Es casi una traición”.

Ramos recordó que Rubio proviene de una familia cubana, mientras Ted Cruz, nacido en Canadá, es de padre cubano. “No hay nada más triste y traicionero que querer cerrarle las puertas a los inmigrantes que vienen detrás de nosotros. Pero eso es precisamente lo que están haciendo algunos candidatos presidenciales en Estados Unidos”.
Igualmente de retrógrados han sido sus constantes ataques al tema del aborto, oponiéndose al derecho de las mujeres de decidir sobre su cuerpo y su futuro, incluso en casos de violación, incesto o enfermedades graves como el zika, que genera microcefalia en los fetos.
“Entiendo que mucha gente no esté de acuerdo conmigo, pero creo que toda vida humana se merece la protección de nuestras leyes, incluso cuando se presenta en el contexto del zika”, declaró Rubio en un debate en el Congreso.
A esta lista de “excelsos” ejemplos de defensa de las minorías, se agrega el doble discurso de su lucha contra la violación de Derechos Humanos, tan férrea que activistas de organizaciones contra las desapariciones forzosas en México le instaron a pronunciarse en contra e impulsar medidas para que el gobierno federal haga algo al respecto.
“Como uno de los primeros candidatos latinos a la presidencia de los Estados Unidos, y como presidente del subcomité del Senado sobre el hemisferio occidental, el crimen transnacional, la seguridad de los civiles, la democracia, los derechos humanos, y los temas globales de la mujer, le rogamos que reconozca públicamente el tremendo dolor que actualmente afecta a las comunidades mexicanas y centroamericanas en los Estados Unidos debido a la violencia de la guerra contra las drogas. También le pedimos que haga un pronunciamiento acerca de su posición sobre la continuación del financiamiento, la formación y el armamento de las fuerzas de seguridad mexicana por el gobierno norteamericano”, señala el primer párrafo del documento entregado en la oficina del senador en 2015.

Mientras Rubio se empeña en desconocer los logros del gobierno venezolano en políticas sociales inclusivas que han repercutido beneficiosamente en la mayoría de la población del país, omite olímpicamente los graves crímenes que ocurren en otros países. En México se han registrado más de 30 mil personas desaparecidas por la violencia del narcotráfico; en Brasil, el corrupto gobierno de Michel Temer obtuvo el poder sin elecciones después de derrocar a Dilma Rousseff a través de una maniobra política; en Argentina, en menos de un año se ha incrementado la pobreza en más de un millón de personas.
Rubio, al parecer, solo tiene ojos para Venezuela… o engaña a todos y es un completo farsante sobre lo que afirma ser.
JA