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Noche oscura: los $15 millones por Maduro que EEUU le resta al coronavirus

Una bruja le aseguró a Cliver Alcalá Cordones, exmayor general del ejército venezolano, que él era un dragón y en la noche más oscura de marzo, o sea el jueves pasado, tendría la capacidad de reverdecer. Dicho en otras palabras, estaría conduciendo los destinos del país.

Hasta ese nivel de filigrana llega la capacidad de escucha de los servicios venezolanos de inteligencia militar, según las sorprendentes declaraciones del presidente de la república Nicolás Maduro, que esa misma noche disipó cualquier duda sobre quién sigue al mando.

Fue, eso sí, la noche del día más oscuro en lo que va de año, pues durante esa misma jornada caía la primera víctima mortal del coronavirus en Venezuela, un trabajador textil de 47 años de Maracay, que fue atendido presentando los síntomas aparentes de una neumonía, cuando en realidad se trataba del Covid-19.

Ese mismo día, el número de contagiados en todo el país ascendía a 117, uno de los más bajos del continente, con el aditivo de que el sistema de salud venezolano en contingencia estaba logrando mantener plana la curva de las estadísticas.

El 26 de marzo, pero 208 años atrás, curiosamente un Jueves Santo, se registraba en Venezuela el terremoto de 7,7 grados que en 1812 devastó a Caracas y buena parte de la región central del país, e impulsó a Bolívar, sobre los escombros de un templo católico, a renegar de fuerzas místicas o naturales que contrariaran su empeño en alcanzar la independencia. Ese sí fue un día oscuro.

Recompensa de cowboy

El jueves, bien temprano en la mañana, Venezuela se desayunaba con una película de vaqueros: el fiscal general de Estados Unidos, William Barr, ofrecía, en rueda de prensa, cuantiosas recompensas por información que facilitara la captura de un puñado de funcionarios de primera línea del gobierno venezolano, con el propio Maduro a la cabeza por un monto de 15 millones de dólares, porque supuestamente están inundando las calles norteamericanas de cocaína.

Acusación que, según el diario argentino Página 12, no se sostiene ni sobre las propias estadísticas oficiales de EEUU que señalan que alrededor del 90% de la cocaína con destino a esa nación se trafica a través de las rutas del caribe occidental y el pacífico oriental, y no a través de los mares del caribe oriental de Venezuela. Barr afirmó que nuestro país ha enviado entre 200 y 250 toneladas de cocaína, lo que equivale, explicó, a 30 millones de dosis.

En otras ocasiones, el gobierno norteamericano ha ofrecido estímulo monetario para quien informe o capture directamente a “los más buscados” enemigos públicos de tan alto nivel, como acostumbra a recrear el cine western de la factoría Hollywood. Es una tradición inherente al mundo del espectáculo.

Se ofrecieron $25 millones por información del jefe de Al Qaeda, Ayman al-Zawahiri, $5 millones por el “Chapo” Guzmán y $3 millones por el hacker ruso Evgeniy Mikhailovich Bogachev.

Vale decir que esta práctica, inaugurada en EEUU en los días en que las autoridades solicitaban a los hombres más osados su apoyo para la captura de peligrosos “malechores” en los territorios intrincados de la Norteamérica profunda del siglo XIX, se extendió durante el XX y lo que va del XXI y ha estimulado el desplazamiento, sin intermediarios ni ley, de comandos asesinos, sicarios y mercenarios, que realizan las más despiadadas incursiones en territorio ajeno sin medir “daños colaterales” para alcanzar su objetivo y cobrar el jugoso botín. Libia, Siria e Irak son dramáticos ejemplos palpables y recientes.

Fue, por decir lo menos, una cachetada artera al estado de alarma que reina en el mundo frente a la pandemia, y a los esfuerzos de un país asediado como Venezuela, por controlar el contagio en medio de las precariedades económicas generadas por el bloqueo.

Peor aún, es un capítulo irremediablemente vulgar, como lo dijo el mismo presidente, de una trama que intenta crear una puesta en escena para justificar el golpe de Estado, justo en momentos de conmoción mundial.

El día D

Señalados por narcoterroristas en juicio sumario y sin pruebas, el ofrecimiento del fiscal coincide con varios movimientos en escala que le permiten a cualquier mortal, sin necesidad de inteligencia, ver la conexión de todos los elementos puestos en marcha al unísono para la desestabilización del país arrancando el 2020.

Juan Guaidó, el líder opositor ovacionado en la plenaria del congreso norteamericano durante la presentación del estado de la Unión de Trump; el recrudecimiento de las acciones de calle durante los días previos a la pandemia; el vocativo de la noche oscura de marzo; la campaña mediática encabezada por The Washington Post denunciando el colapso de nuestro sistema de salud; la captura del arsenal armamentista el 24 de marzo pasado en Barranquilla que tenía como objetivo comenzar las acciones bélicas contra Maduro, completan el cuadro, sin contar con las declaraciones públicas y notorias del propio Alcalá Cordones sobre la corresponsabilidad del presidente de Colombia, Iván Duque, de asesores norteamericanos directamente vinculados con el gobierno de Trump y del propio Guaidó, al parecer, metido hasta el fondo.

Y va más allá: el presidente Maduro, al salirle al paso al día más oscuro, pero en la noche, reveló que sus servicios de inteligencia incluso saben lo que hablaron recientemente Duque y Trump vía teléfono, y tienen el instante exacto en que el gringo le dice al colombiano: “dale de una vez, aplasta a Venezuela”.

Marlon Zambrano/VTactual.com

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