Pese a que los grandes medios de comunicación occidentales no han difundido mayor información al respecto, Polonia se ha convertido en epicentro de masivas movilizaciones en contra de la vacunación obligatoria de menores de edad.
El sábado pasado, miles de personas salieron a las calles de Varsovia a protestar en contra de lo que muchos creen, una amenaza para la salud de la población. La campaña impulsada por la Organización No Gubernamental (ONG) STOP NOP busca revertir el status legal en Polonia y permitir decidir a los padres si vacunar o no a sus hijos e hijas.
Es importante señalar que en este país europeo la vacunación no es un derecho sino una estricta obligación, cuya falta conduce a altas multas, prisión e incluso la pérdida de la patria potestad. No obstante, pese a la rígida legislación, el movimiento “antivacunación compulsiva”, como ellos la denominan, cada vez es mayor, al igual que la desobediencia al respecto.
La razón detrás de la campaña serían diversas irregularidades en la aplicación de vacunas y los efectos negativos sobre la salud que éstas generarían. Según la ONG, el Ministerio de Salud polaco administra una vacuna de alto riesgo contra la tuberculosis que se retiró de Alemania hace 20 años. Algunas vacunas también tienen entre sus efectos adversos, el riesgo de muerte.
Otra denuncia que realiza STOP NOP es que la vacuna contra la hepatitis, aplicada incluso a bebés prematuros, es una inmunización de muy bajo costo producida en Corea que no se usa en ningún otro lugar de Europa. Igualmente de controversial es una vacuna de alto riesgo contra la difteria, el tétanos y la tos ferina que ya se retiró en otros países europeos, pero se sigue aplicando en Polonia de forma obligatoria.
Un hecho que ha añadido leña al fuego es que la licitación para la vacuna contra la neumococo fue ganada por una empresa farmacéutica (GSK) que anteriormente financió una organización encabezada por Krzysztof Landa, Viceministro de Salud polaco entre 2015 y 2017. Esto se relaciona además, con el hecho de que Polonia es el país con mayor cantidad de estudios de vacunas experimentales en toda Europa, registrando unos 112 casos desde 2002.
Pese a que ciertamente las vacunas han permitido a la humanidad superar algunas enfermedades mortales como la viruela y la poliomelitis, no deja de llamar la atención el creciente movimiento antivacunas en diversas partes del mundo, debido a la desconfianza que genera el accionar de la industria farmacéutica, más ávida de lucrarse que de realmente resolver los problemas del salud del planeta.
JA
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