Por primera vez en más de una década, los líderes de las dos Coreas se reúnen para negociar el fin de una larga pugna que por momentos ha amenazado con hundir al mundo en una guerra nuclear.
En un encuentro cargado de historia y simbolismo, el líder norcoreano Kim Jong-un conversó con el presidente de Corea del Sur Moon Jae-in, en la Casa de la Paz, ubicada al sur de la zona desmilitarizada que divide a los dos países.
En la agenda hay tres temas: la desnuclearización de la península de Corea, un acuerdo de paz y la mejora de las relaciones entre los dos países.
También se definirá el escenario para el primer encuentro entre un presidente estadounidense en funciones y un líder norcoreano, cuando Donald Trump y Kim se reúnan en mayo o junio.
Algunos analistas dudan que las dos partes puedan cerrar la brecha creada durante 60 años de antagonismo y sospechas.
Es la tercera cumbre entre líderes de las dos Coreas; la última fue 2007 cuando el entonces mandatario surcoreano Roh Moo-hyun conoció al padre de Kim, Kim Jong Il. El presidente Moon era en ese momento el jefe de personal de Roh y un amigo cercano. Las dos reuniones anteriores se llevaron a cabo en la capital de Corea del Norte, Pyongyang.
Para dejar un recuerdo del evento, se prevé una ceremonia en la que Moon y Kim planten un árbol sobre la Línea de Demarcación.
La hermana del líder norcoreano, Kim Yo-jong, que cautivó a las multitudes en una visita previa a Corea del Sur, lo acompañará en su visita.
ER